Saludos Steemians, ¡Feliz año nuevo! A pesar de todo, ha sido un muy buen año en cuanto a lo personal, lleno de muchas cosas positivas. Si bien no ha sido el mejor año para las criptomonedas, mi 2018 fue en buena parte marcado por un importante suceso; mi amigo @elnefelibato me habló de Steemit por primera vez una noche de febrero durante una guardia, inspirándome a entrar a esta maravillosa comunidad, y por eso aún estoy sumamente agradecido. Comencemos el año de buena manera, con (en mi no tan humilde opinión) uno de los artículos más interesantes que he escrito hasta ahora. Sin más que agregar, ¡Espero les guste!

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Durante la mayor parte de mi vida, exceptuando una niñez en la que estaba seguro que si dejaba los pies colgando por afuera de la cama al dormir el monstruo que vivía debajo los jalaría y me comería, he sido bastante escéptico. Siempre he pensado que sólo porque algo no tenga aún una explicación, no quiere decir que sea de origen mágico o divino, después de todo, hace 1000 años estábamos seguros de que la Tierra giraba alrededor del sol, y hace 500 estábamos igual de seguros de que toda enfermedad podía ser curada con una pequeña sangría (y no hablo del licor) y una saludable dosis de mercurio. El punto es, cada día descubrimos cosas nuevas y le encontramos respuestas a cada vez más preguntas; que no sepamos la razón de algo hoy no quiere decir que en unos años seguirá siendo un misterio.


Sin embargo, es cierto que hoy en día hay muchas preguntas sin respuesta, varias de ellas relacionadas con la medicina y la salud (afortunadamente para mí, ¿sobre qué escribiría sino?). Hay enfermedades que incluso parecen de origen sobrenatural, en ocasiones desafiando todo lo que se conoce sobre la fisiopatología y la historia natural de los procesos patológicos. El tema del artículo de hoy es uno de esos; si bien se han hecho muchos avances en su correcto diagnosis, no dejan de haber casos en los que la respuesta médica es poco más que una conjetura fundamentada en lo que se sabe. Hablo de la supuesta maldición que atormenta a varias poblaciones asiáticas desde hace siglos, su nombre varía de país a país, pero mi traducción favorita (y la más sensacionalista y por lo tanto adecuada para el título), es la de la bruja nocturna.

Misterios Médicos: La Bruja Nocturna

Durante las décadas de los ‘70 y ‘80, hubo una gran afluencia de inmigrantes del este de Asia a Estados Unidos debido a la guerra de Vietnam, la guerra civil en Laos, y demás conflictos regionales, trayendo con ellos su diversidad culinaria, rica cultura, y una plaga de muertes inexplicables. Vamos, una migración normal en todos los sentidos.


Estas muertes eran más frecuentes entre los miembros de la etnia Hmong, provenientes mayormente de Laos, y en inmigrante filipinos, y ocurría en adultos jóvenes con una edad media de 33 años. Los afectados habían vivido una vida sana, y en su mayoría, no presentaron ningún síntoma hasta que un día fueron a dormir, presumiblemente luego de jugar Donkey Kong o ver Indiana Jones y los Cazadores del Arca Perdida por 12va vez (no tengo un concepto muy claro de lo que hacía la gente en los ‘80), y jamás despertaron. La alta cantidad de muertes llamó la atención de la CDC (Centro para el Control de Enfermedades), y posterior a una investigación se descubrió que esta enfermedad afectaba a casi 1 de cada 10.000 inmigrantes laosianos Hmong, con una incidencia ligeramente más baja entre los demás inmigrantes del este asiático.

Pero no era la primera vez que ocurría una plaga de muertes así, de hecho, ni siquiera fue la primera de su especie en los Estados Unidos; en el año de 1948 se reportaron 81 casos de hombres filipinos muriendo repentinamente mientras dormían en el condado de Onahu, en Hawaii. Y si nos remontamos a la historia y la cultura asiática, miles de muertes pueden ser atribuidas a este fenómeno.


Históricamente, se ha dicho que guarda relación con la parálisis del sueño, un trastorno bien conocido y relativamente común en el que la mente básicamente se despierta antes que el cuerpo, dejando a las personas incapaces de moverse por unos momentos. Desde siempre se ha pensado que es de origen sobrenatural, y en algunas culturas alrededor del mundo se le relaciona con la aparición de una bruja de apariencia terrorífica, que ahorca o se sienta en el pecho de los afectados, impidiendo que se muevan y cortando su respiración; el nombre de “bruja nocturna” o “vieja bruja” viene del folklore estadounidense, británico y canadiense. En Turquía, la parálisis del sueño se conoce como Karasaban, y se dice que se debe a un tipo de demonio llamado Jinn que se sienta en tu pecho, y que si logras robar su sombrero se convertirá en tu esclavo. En Pakistán, es el mismo Satanás el que te posee e impide tus movimientos, en los países nórdicos es un espíritu llamado Mare relacionado con los Íncubos y Súcubos, en Filipinas la bruja recibe el nombre de Bangungot o Batibat, y en la cultura Hmong, este fenómeno se conoce como dab tsuam, tsog tsuam o dab tsog, y se manifiesta como una vieja mujer celosa, que no sólo impide el movimiento de sus víctimas, sino que las mata.

Las muertes repentinas durante el sueño entre hombres del sureste asiático se describen en literatura médica por primera vez en Filipinas, en 1917. Desde entonces se ha estudiado el fenómeno en varias ocasiones, pero las conclusiones médicas en su mayor parte han sido poco útiles para entender la razón de las muertes. En un estudio realizado en Manila, la capital de Filipinas, se revisaron los reportes de autopsia de 382 pacientes fallecidos en las circunstancias ya descritas durante un período de 30 años; entre 1952 y 1982. Un 38% de los casos resultó ser una infección miocárdica, el 2% murió por una cardiopatía reumática, y en un 11% fue por una cardiopatía no especificada. Pero en el 48% restante, que correspondía a 183 pacientes, en su mayoría (97%) hombres y con una edad media de 33 años, la autopsia fue inconclusa, incapaz de explicar la razón del deceso. Simplemente, su corazón dejó de latir mientras dormían, en algunos casos habiendo además una hemorragia interna leve igual de inexplicable.


Pero para los nativos filipinos, la razón de estas muertes era obvia: Bangungot. Para los inmigrantes Hmong en Estados Unidos tampoco había ningún misterio, en su cultura se sabe que cuando no se venera debidamente a sus deidades, o no se realizan sus rituales religiosos de forma apropiada, los espíritus de sus ancestros los abandonan y dejan de protegerlos, por lo que los espíritus malignos, dab tsuam, son capaces de atacarlos en sus sueños. La ciencia, no pudiendo escribir ”muerte por antiguo espíritu maligno” en las autopsias, ha nombrado la condición como Síndrome de Muerte Súbita Inesperada (lo más cercano a poner un signo de interrogación como causa de muerte).

Ahora, seguramente te preguntes, ¿no se han hecho más esfuerzos para investigar la verdadera causa de estas muertes? ¿podrían tener algo que ver con el ambiente o los genes, viendo como las muertes sólo ocurren en áreas y etnias específicas?


Como se puede ver en el estudio antes mencionado, alrededor de la mitad de las muertes repentinas durante el sueño tiene una explicación médica posterior a su autopsia, comúnmente infecciones o problemas cardíacos que simplemente habían estado asintomáticas hasta que causaron una falla cardíaca mortal. Además, en estudios posteriores, en aquellos pacientes en los que no se puede determinar una causa de muerte se le practica una autopsia molecular al corazón, donde se pueden detectar defectos genéticos que pueden haber resultado en un paro cardíaco repentino. Esto ha ayudado a determinar que muchas de los casos de SMSI son debido a enfermedades genéticas de difícil detección, como el Síndrome de Brugada, canalopatías iónicas, o defectos estructurales en el corazón. Sin embargo, incluso luego de todos estos estudios hechos con tecnología de punta, aún hay un 5% de casos en los que no parece haber razón alguna para que se haya producido un infarto mortal. Quizás viene siendo tiempo de llamar a los Cazafantasmas.


Para intentar explicar lo inexplicable, algunos científicos han propuesto que es la misma creencia en estos espíritus malignos lo que los mata; un efecto nocebo (el gemelo malvado del efecto placebo), parecido al que ocurre en los que dicen padecer de Hipersensibilidad Electromagnética . Otros han dicho que es una combinación de condiciones genéticas sólo presentes en hombres del sudeste asiático, con factores ambientales y psicológicos propios de su cultura, aunque esta hipótesis tiene problemas explicando las muertes de los que emigran a otros países.

¿Soy yo o la gente solía dormir en posiciones bastante incómodas?

Lo cierto es que, aunque gracias a los avances en la ciencia médica la mayoría de los casos ya no son un misterio, resulta algo irritante que todavía hay una cantidad de muertes por SMSI en los que la mejor respuesta médica es un encogimiento de hombros y una mirada de incertidumbre. Claro, como dije al principio del artículo, el hecho de que no tengamos las respuestas ahora no significa que hayan brujas malignas acechando tus sueños con intenciones asesinas como una imitación barata de Freddy Krueger; es bastante posible que la explicación a todo esté relacionada con los genes, y seguramente algún día todo quedará claro. Pero mientras tanto, si eres hombre, joven, y de descendencia del sudeste asiático, no está de más rezarle a tus ancestros de vez en cuando, y quizás contratar un shamán. Mejor prevenir que curar, ¿cierto?

Referencias:

• Munger, Ronald, Muerte Súbita durante el Sueño en Refugiados Hmong en Tailandia: Estudio-Control de Caso, 1987.
• Behr, Elijah, Cuando una Persona Joven Muere Repentinamente, 4ta Ed., 2010
• El Lado Oscuro del Efecto Placebo: Cuando las Creencias Intensas Matan
• El Síndrome de Muerte Súbita Inesperada
• ¿Puede Matarte una Pesadilla?
• Parálisis del Sueño: Cuando el Cerebro Despierta Antes que el Cuerpo
• Síndrome de Brugada - Wikipedia
• Canalopatías Iogénicas: Generalidades y Panorámica Actual

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