¿POR QUÉ ODIO BOJACK HORSEMAN?

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Netflix sigue imparable su programa de ingeniería social. Lo último, un caballo depresivo adicto al alcohol que se hincha a follar con otras especies.

Un clásico.

¿Qué es Bojack Horseman? Hablamos de una tragicomedia sobre un actor de teleserie frustrado, depresivo, aficionado a beber y divorciarse, ser en el que conviven todos los vicios. Dados los personajes que le rodean, su existencia parece el menor de todos los males.

Visto así, puede parecer una serie normal. Nada que parezca programado conforme a los intereses de los ingenieros sociales. Pero si rascamos bajo la superficie, empezamos a sacar toneladas de mugre.

Vamos a repasar:

Normalización de la depresión: en Bojack todos los personajes están rotos, heridos y tratando de apelar al espectador para llevarle al mismo estado que ellos. Los diálogos tienen un marcado toque nihilista, ácida representación del mundo en el que vivimos.

Si bien puede haber ingenio y buenas construcciones artísticas, la crítica procede de cómo se introduce una idea patológica: el odio por la vida como sinónimo del sentido común.

Feminismo radical: Dyanne Nguyen. Ese es el personaje. Biógrafa de Bojack, y representante del sentido común a lo largo de la serie. Dyanne es feminista de tercera ola, y cuela sus frustraciones y discurso político con normalidad durante la serie.

Sus reflexiones y frustraciones, cargadas de armamento ideológico, son disparadas sobre el espectador como verdades evidentes, realizando un claro ejercicio de manipulación sobre las mentes Made in Netflix.

Zoofilia y Pederastia: este es un punto controvertido, y sinceramente tuve dudas sobre incluirlo en la publicación. En Bojack, los animales de una especie se emparejan con otras especies…y con los humanos. Todo ello ocurre en un clima de absoluta normalidad. En una época donde hay quiénes se declaran ecosexuales, haciendo al amor con la naturaleza, no parece descartable que este sea el siguiente paso.

Recordar también, que Princess Caroline, gata y además ex del caballo protagonista, sale en las primeras temporadas con un niño llamado Vincent, con quién pretende tener una relación adulta normal y corriente. Todo muy sano.

Nihilismo: el odio por la existencia, y la contemplación de la vida como un espectáculo dramático, es una constante en Bojack.

La felicidad brilla por su ausencia, y nos encontramos con unos personajes vacíos y superficiales alérgicos a formar una familia. Todo es más importante que eso: la carrera, el smartphone o las redes sociales. Una representación de los frívolos valores de Hollywood.

Esta serie, podría ser catalogada como una crítica a todo ese mundo, y en cierto sentido lo es. Pero la suma de elementos tóxicos envenena el pudín de un guión que queda al servicio de la agenda posmoderna. No es casualidad, que páginas como Playground, estercolero cultural contemporáneo, manifiesten su gusto y filia por la serie del caballo borracho, muy acorde con los valores de una sociedad degenerada.