ATEÍSMO Y DESTRUCCIÓN DE LA SOCIEDAD

Nos gusta creernos muy listos. Eso es innegable. Una satisfacción placentera, deambula parsimoniosa por la mente cuando uno tiene razón. Lo baila y lo goza. Como esa infumable canción del aserejé.

Dentro del campo del pseudointelectualismo, el ateo gana una medalla de oro. Ha batido los records olímpicos; es capaz de demostrar a todos su superioridad intelectual partiendo de evidencias. Pese a tener razón aparente, sus pensamientos cojean un poco. Es habitual que el ateo promedio, intelectual de tercera y creído de primera, diga que dios no existe puesto que la tierra se formó con el Big Bang. Sería adecuado recordarle, que el Big Bang es solo la teoría más aceptada, y que no niega la existencia de un dios per se, pues deja abierta la puerta a una posible inteligencia superior.

Pero sigamos.

El ateísmo de mercadillo, gusta de exhibir su mercancía mental como una quinceañera muestra sus dotes en Instagram, y nos deleita con frases como la siguiente:

“Yo no quiero que mis hijos estudien nada relacionado con la religión. Quiero que tengan algo en la cabeza”.
Se entiende, que el amigo ateo, pasa de las civilizaciones y la historia, siglos que conformaron el devenir de la humanidad y dieron forma al mundo tal y como lo conocemos. Además, es comprador VIP del mito de la cultura, donde el hombre leído es el hombre bueno y los problemas del mundo se arreglan solo con que la peña estudie y le dé a la lectura.

En su cabeza sonaba brillante.

Con todo, el ateísmo moderno no es más que un placebo en una sociedad que ha abandonado sus valores. El nihilismo, ha contaminado el aire y la materia, deglutiendo su poso de azufre en el cerebro posmoderno. Convendría además, hacer un balance ante religión y ateísmo, pues alguien que no cree en nada es más proclive a estar desprovisto de valores-aunque no necesariamente-.

En fin, ya he rajado bastante sobre los ateos. Debo decir, que quién escribe es también un no creyente, pero está pelín harto de la turra sin tregua de quién abomina de dios y sus actos.Asimismo,hay que destacar las aportaciones culturales e históricas que han dado al mundo religiones como el budismo, el cristianismo o el judaísmo, las cuales han ayudado a sus países a progresar adecuadamente.

Nada más por hoy. Les deseo una buena noche incluso si son ateos pesados y militantes.