Sé que estás ahí, en ese maldito rincón. Sé que me observas, puedo percibir tu respiración acelerada y putrefacta. Tu mirada está por todas partes, sé lo buscas. Quieres que pierda la cabeza, quieres volverme loco. Pero no estoy loco, no perderé la cordura esta vez. No es que alguna vez la perdiera, es solo que esta vez te puedo ver, ya no me engañas, no es como dices que solo es mi imaginación. No, no estás solo en mi cabeza. Te veo en todas partes.

Cada mañana tocas la puerta; tres toques retumban en mis oidos"uno, dos y tres" y aquí estás, parado frente a mi. Mientras que por las noches juro que no te soporto. Te escucho reírte de mi, burlarte a carcajadas de mi agonía. Estás ahí sentado en el sofá, mirando mientras inútilmente trato de dormir. Puedo sentir tus ojos fijos en mi cara, tu sonrisa irónica de placer. ¡No lo soporto! Tengo que acabar con esto. ¡Como es que nadie más puede verte? ¡Estas ahí malditasea! Siempre estás ahí.

Odio el sonido de tus uñas en la madera, su crujir me alteran los nervios, me sacas de quicio. Ya no funcionan las pastillas para dormir, no logro conciliar el sueño. Pero  ¿Como podría contigo hablando como loco? Sé que eres tú, buscas torturarme y lo has conseguido. No puedo más, no enloquecere por tu culpa.

Te demostraré que no estoy loco, no, para nada loco. Ahora yo me reiré de ti, de tu agonía. Deberías temerme, esta noche acabaré con esto; te mataré. No quería llegar a tanto, pero te he dado suficiente tiempo para que dejes de molestarme. No puedo esperar más, o corro el riego de perder la cabeza. Por eso he decidido matarte.

¡Ya para de hacer eso! ¡basta! ¡Para de imitar mis gestos con un demonio! Entiende de una vez, que no eres  un espejo. Te has vuelto realmente insoportable. Tu que hablas de cordura, ¡mírate! estás completamente desquiciado, ¡estás loco!. Ya has perdido la cabeza. No quiero ser como tú, no lo voy a permitir.

Contuve por varios instantes la respiración, el momento había llegado. Abrí la gaveta de la mesa de noche y saqué mi arma. Me miraste fijamente y yo al fin a ti, directo a la cara y sin parpadear a la cabeza te apunté. Un solo disparo fue suficiente, el silencio ha vuelto. Hablabas demasiado, estabas loco.

Hay alguien durmiendo en mi cama. No lo entiendo, le hablo y no me responde. Es un cuerpo extraño, sangre le corre desde su cráneo. No lo comprendo, me pareció que hace nada me miraba fijamente mientras me llamaba loco. Pobre hombre, está demente, se ha disparado a él mismo frente al espejo.

Están tocando la puerta, "uno, dos y tres". Debe ser alguien con prisa. Si lo escuchas, no lo dejes pasar.

Este relato nace de mi inspiración, contagiada por la mezcla de sentimientos y emociones que transmite Edgar Allan Poe en su cuento de El corazón delator. Gracias a la iniciativa maravillosa de @mosqueteros. Únete a la comunidad https://discord.gg/fFU62h y acompañanos en este mundo de letras, donde somos todos para uno y uno para todos. EntraAQUÍ y anímate a participar @adriannaterra @nahupuku @danialegm

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