La lluvia deambula
desnuda
el sol
la cubre
de pronto.

Como arenilla seca
la brisa esparce,
y mientras ella esta cayendo,
nosotros trasponiendo.

La brisa pone a girar
a la hojita que pende de un hilo
de tela de araña.

El mundo de ahora,
sino del mundo que aflora
tras el que yo me pierdo.

En un folio amarillento
que vuela como un avión,
de luceros un rosario
hacia el rumbo que no sabe.

Viejo portón
de campo, desteñido
tu sostienes el tiempo mientras puedas
la lluvia desconcha tu color.

Por la ventana
el ojo abierto de mi habitacion
mañana de abril
húmeda, entristecida.

Y para ahorcar en el jardín
la desguarnecida
raíz de los helechos.

Lluvia, es decir;
la estación de los recuerdos.

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