La felicidad
De pequeño, en las raras ocasiones en las que me compraban un paquete de pipas, de esos de Blas de cinco pesetas, si no mal recuerdo, me gustaba encerrarme en mi habitación, extender una alfombra peluda que tenía y ponerme con las pipas, pero no a comerlas no, a pelarlas, una una hasta que acababa el paquete, una vez peladas, y recogido cualquier resto de cáscara, pues me podría disponer a comerlas, si no era una hora muy cercana al almuerzo o normalmente cena.
Me encantaba el placer de poder comerlas todas del tirón, no hablo de meterlas todas en la boca y comerlas al modo del monstruo de las galletas, no, hablo de la maravillosa liturgia que suponía abrir un Don Miki e ir leyendo deleitándome en sus páginas, con mi exquisita provisión de pipas peladas que iba introduciendo poco a poco en la boca, me gustaba chuparlas, sacarle esa primera pielecilla que tienen y luego deleitarme en mascar las dos mitades que se compone la semilla, a la vez que iba lentamente, pasando las páginas del tebeo, abstraído en mis cosas, hasta la llamada a retreta general de mi madre, para el turno de bañarse, o la hora de la cena.
He comentado, alguna vez que mi familia paterna, era de León, las vacaciones, al menos una parte del estío, lo solíamos pasar allí, me encantaba parar en los inmensos campos llenos de girasoles, parar el auto, cortar un par de flores bien henchidas de semillas y dejarlas secar en el alfeizar de mi ventana(no podían secarse al aire libre, mi abuela, tenía palomar). Allí, repetía la rutina de placer con el sabor de la semilla fresca, tenía más tiempo y tenía más tebeos, todos los imaginables, se alquilaban por días a un coste irrisorio.
En estos días he visto sendos documentales sobre los niños en esas edades, que se les hace la prueba con una golosina y tienen la capacidad de no comerla en veinte minutos o media hora y se les da una recompensa que ellos saben que van a percibir de antemano.
Estos niños, tienen una capacidad de proyectar su deseo al futuro, que según estudios da una relación de correlación no causalidad con individuos que van a ser más felices en el futuro por un mejor control de sus impulsos.
Según este estudio, debo ser una persona muy feliz, y me pienso, ¿Soy realmente feliz? La respuesta tras dos días pensando en ello es clara. Sí lo soy. Pasé de una vida convencional, haciendo “lo que debía hacer” tras una ruptura en todos los aspectos con dolor, como no puede ser de otra forma, de ocho años a esta parte a una vida, en la cual tengo el control, pese a sus estrecheces. La respuesta, es clara, si, soy feliz. Muy feliz.
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wowww cuantos recuerdos , enhorabuena por tu felicidad, esperemos que sea como un virus que se contagie.
Estoy convencida que la felicidad es la suma de los momentos en los que nos sentimos satisfechos, regocijados o pleno. En lo personal, vivo mas momentos de esos que de infortunio, así que comparto contigo a la pregunta que te hiciste: Yo también soy feliz...
Muchas gracias por leer, ser feliz, al final van a tener razón los estoicos, es necesitar poco.
La magia de entender que la felicidad se basa en esas pequeñas conquistas, en esas cosas que parecen mínimas pero que llenan el alma.
Y pensar que pasamos años en la búsqueda de la felicidad mientras que siempre anduvo por ahí, esperando que la reconociéramos cuando ganabamos nuestras propias batallas o encontramos el placer en las cosas que nos gustan.
Me encantó tu escrito! Muy inspirador en un momento de recaída :)
Un saludo!
Muchas gracias, fue una reflexión a raíz de una conversación con un amigo. El estrés del trabajo, la vida en general intentando siempre cumplir con todo es un foco de insatisfacción continuo.
Lo es... y así se nos escapa la vida como arena corriendo por las manos.
Ese tipo de conversaciones con amigos sin duda son las mejores :)
Muy buena historia, aunque mientras la leíamos muchas preguntas pasaron por nuestra cabeza. ¿Qué es una pipa? Imaginamos que era alguna fruta pero aun así, no sabemos.
También nos preguntamos ¿somos felices?, de pequeñas siempre fuimos muy ansiosas al comer golosinas, sin embargo, al plantearnos esta pregunta es sencillo responder con un "depende de lo que cada persona catalogue como felicidad". Para nosotras la misma se basa en poder apreciar cada cosa que te rodea y hacer lo que te gusta. Nuestra vida está llena de momentos que nos hacen sentir alegres y podemos compartirlos con personas a quienes queremos. Por lo que a esa pregunta la respondimos con un gran si. Gracias maastro por compartir, saludos.
Muchas gracias, las pipas, son las semillas del girasol, no se cómo las llaman ustedes, aquí somos muy de pipas :-). Como dice el estudio hay correlación que no implica causalidad. También dice el estudio que es peor la gente que nunca va a la recompensa que siempre espera y espera en busca de algo mejor, eso provoca parálisis en la vida, la mejor opción es disfrutar y pensar(lo justo)
aquí las llaman tal cual, semillas de girasol. Nunca las hemos comido pero es un dato interesante saber que por allá se llaman pipas :D saludos.