LAS EXCUSAS: UNA VERDAD OCULTA

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Las excusas que cargamos a lo largo de toda la vida no sólo son pérdida de energía sino que hacen que perdamos las riendas de nuestro destino y las oportunidades del presente. Perdemos el tiempo pensando lo que hubiera pasado si hubiéramos reaccionado con más valor.

Debemos animar a las personas a probar las cosas antes de dominarlas, las excusas nos niegan la posibilidad de experimentar, nos alejan de las oportunidades.

Las excusas que se da alguien a sí mismo surgen a menudo de su propio miedo a fracasar. Se posterga la acción o se elude la responsabilidad al presumir el riesgo de no estar a la altura o por no tener la convicción de que el esfuerzo rendirá los resultados apetecidos.

Mientras más aumentan las excusas más se debilita la confianza.

Después de excusarnos podríamos sentir un alivio que luego, con su abuso, podría convertirse en malestar. Esto ocurre cuando acabamos aceptando como verdad lo que en realidad no son más que pretextos que lo que hacen es alejarnos de aquello que pretendemos y corremos el riesgo de que las personas que nos rodean acaben por cansarse de escuchar puras excusas para tapar o enmascarar nuestras fallas.