La mala vida (Original)

Nacer en un lugar, donde las oportunidades son escasas. Donde estas rodeado de cosas negativas, que, en algún momento, te terminara atrayendo, por la misma circunstancia en la que vives, donde no encuentras soluciones a tus problemas. Consigues la “alternativa más fácil”, ser parte de un grupo de delincuentes e integrar una banda, para hacer de las suyas, y conseguir algo de comida para tu hogar. La necesidad te llevo a cometer atrocidades, abandonando la posibilidad de crecer lentamente, con la posibilidad de recibir una gran recompensa por tu esfuerzo.     

Tu madre una mujer luchadora, que lo ha intentado todo, para que seas un joven de bien, buscando brindarte las herramientas para que te superes. Pero no te das cuenta de eso, la misma pobreza material en la que vives, te hace, ser ciego a los esfuerzos de tu madre, te fuiste envolviendo por tus amigos, que tenían motos, alcohol y dinero. Veías un mundo maravilloso en la delincuencia, sin tomar en cuenta, la gran posibilidad de que murieras muy joven. Siendo hijo único, tu madre hace todos los esfuerzos por ti, pero no, vives en una sociedad extremadamente materialista. Los ves en la televisión y en las afueras, de tu casa de cartón.  

No solo, te dejas llevar por tus amigos de la infancia, sino por las grandes series de televisión, que vanaglorian a un delincuente, que casi lo llaman hasta “Salvador”, pero, que no habla como consigue ese dinero cochino, producto de las drogas, los robos y el sicariato. Te has dejado llevar, por la basura de la televisión. Tu mama no puede controlar lo que ves, porque se la pasa trabajando todo el día para darte una vida mejor.  

Ella te ama, y lo que menos que quiere, es que tú, termines en ese mundo asqueroso y perverso. Pero realmente, no te importa nada, solo piensas que tu estomago esta vacío y que necesitas dinero, para ayudar en la casa. Has pensando en trabajar honestamente, pero tus amigos, siempre te dicen que eso es para los bobos. Lo que no sabes, es que tu mama por las noches, trabaja como dama de compañía, eso no es, lo que a ella le gustaría, pero es lo que más le da dinero. Mientras por el día, trabaja como secretaria en una compañía, nadie sabe lo que ella sufre, para tratar de salir de ese lugar, donde las injusticias están a la orden del día. 

Los rumores, se han venido regando por el barrio, eres el nuevo “malandro”, que está siendo desastres por las calles. Tu madre no tarda en enterarse, y te confronta en busca de respuestas, para saber, si lo que se estaba diciendo era verdad. Al principio, lo negabas rotundamente, pero tu madre te seguía insistiendo, hasta que te confesaste, y le dijiste, la verdad más dolorosa a tu madre. No dudo en romper en llanto, ella lo que menos quería era eso, que fueras un delincuente.  

Te hablo durante horas, intentado que dejaras ese mundo, pero físicamente no decías nada, aunque por tu cabeza, sabía que tu madre, tenía toda la razón. Tenías ganas de llorar, pero pudiste calmar tus emociones, ese era el preciso momento para que comenzaras de nuevo, pero hiciste todo lo contrario, de un momento a otro, te fuiste de tu casa, dejando a tu mama, con la palabra en la boca. 

Fuiste donde estaban reunidos los demás miembros de la banda, donde estaban planeando un robo, a una panadería cercana. Tenían varios días, viendo los movimientos del dueño. Todos se reunieron en horas de la mañana, era hora de ejecutar el plan, justamente antes de irte con los demás, a cometer el robo, viste a tu madre, en sus ojos, se mostraba una tristeza, imposible de ocultar, ella pidió hablar contigo, pero tú, te rehusabas, y te fuiste sin hablarle nada. 

Ya cercano al robo. Comienzas a pensar si debías, hablar con tu mama, decidiste que lo ibas hacer, después de cometer el delito. Incluso hasta te paso por tu mente, dejar a la banda a la que pertenecías. En el momento que ejecutan el robo, ustedes no se percatan, que uno de los clientes era policía, el cual, desenfundo su arma, y los hirió de bala. En ese preciso momento, comenzaste a pensar en todo, en que tu mama tenía razón, en que debiste haber hablado con ella. Pero ya era demasiado tarde, moriste en el camino hacia el hospital, sin tener la oportunidad de ver a tu madre de nuevo. Y todo por culpa, de dejarte llevar por la “Mala vida”. 

“Es mejor trabajar y conseguir el dinero honestamente, que morir joven por culpa de la vida fácil”. 

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