Todos sufrimos de pereza, en algún punto de nuestras vidas hemos tenido una pereza inaguantable y por consecuencia hemos perdido cosas importantes, ahora lo que más me pregunto es por qué nadie habla de eso… si es algo tan común. Por ese motivo he decidido dedicarle una entrada al grave problema de la pereza, y no me mal interpreten, no hablo de la procrastinación, no, hablo de pereza, esa sensación pegajosa que te ata a una silla o cama y no te deja hacer nada, esa sensación en la que bostezas sin parar y hasta duermes largas horas.

Supongo que la razón por la que casi nadie le dedica un espacio a la pereza es porque a la mayoría de las personas nos da pena admitir que tenemos este mal en nuestro día a día, ya que la pereza es característica principal de las personas holgazanas y ninguno queremos admitir que en algún momento de nuestras vidas hemos sido holgazanes.

Sin embargo yo hoy le dedicaré un espacio a la pereza, y es que por ella he perdido cosas importantes en mi vida, y me ha costado mucho luchar contra ella… en especial cuando era adolecente, sí, tipo 12- 14 años de edad, debo confesar que era incapaz de hacer ejercicios, o de lavar los platos y hasta llegué a perder un par de exámenes por pereza, claro que sabía de antemano que no afectarían mi índice académico.

Hoy les hablaré de 3 métodos que desarrollé para ir dejando la pereza poco a poco y así poder ir tomando mi vida poco a poco en mis manos, y es que realmente perdí cosas importantes, sobre todo momentos, esos que no podemos retroceder el tiempo para volver a disfrutarlos. Creo que el paso principal es aceptar que somos perezosos para así poder corregirlos.

Si algo vamos entendiendo a medida que vamos creciendo es que nuestro tiempo es el activo más valioso que podemos tener, entonces el hecho de desperdiciarlo es fatal. Revisemos ahora, la pereza no es una enfermedad, así que si luchamos podemos vencerla. Lo que yo hice fue ver cuántas horas productivas desperdiciaba sentada frente al televisor o acostada, fue brutal darme cuenta que yo era una gran perezosa.

En una de las depres que tuve a causa de perder cosas por perezosa, me di cuenta que le tenía un miedo horrible a fracasar y que eso me dejaba con una sensación de pereza y desanimo… sin embargo, es mejor fracasar habiéndolo intentado, que quedarte con el pesar que no hiciste determinadas cosas por pereza, así que para vencer este factor debes tener fuerza de voluntad.

Del mismo modo en el que amo cocinar, así mismo odio lavar los platos después de comer… me da mucha pereza y fastidio, pero tengo que ser clara, nadie lavará los platos por mí, ya que mi hijo aún está muy pequeño, entonces debo hacerlo porque sí. Lo que hago es pensar que mientras más pronto comience, más temprano acabaré y tendré más tiempo libre, por lo que a penas termino de comer me pongo a lavar los platos, sin pensarlo mucho.

Queridos lectores, espero que les hayan gustado mis consejos. Si tienen alguna experiencia con la pereza, sería muy interesante que me la contaran o si tienen algunos tips personales para superarla, también sería muy útil que la compartieran. Como siempre está de más decirles, que cualquier sugerencia es bienvenida en los comentarios.