La cocina mágica de las hechicerassteemCreated with Sketch.

in #spanish6 years ago (edited)

Hoy volvemos con mis queridas hechiceras, a descubrir los secretos que guardan en sus cocinas. Que se aproxima la noche de San Juan, noche de las brujas, y tendremos que preparar algunos hechizos para la ocasión ¿no?

A la hora de elaborar sus filtros, las hechiceras utilizaban numerosos elementos, la mayoría de ellos del ámbito de la cocina, que era el que dominaban las mujeres en aquella época. Algunos eran ingredientes cotidianos, como la sal, el vinagre, el aceite o el aguardiente, a los que dotaban de carácter mágico mediante sortilegios o rituales. Servían para fabricar bebedizos o comidas que ataban la voluntad de los hombres, o ligaban su talante sexual. El huevo era también muy utilizado para las adivinaciones, mientras que el agua, combinado con el aceite, servía para descubrir si alguien tenía mal de ojo. Pero había conjuros que consistían, simplemente, en quemar algunos de estos componentes.


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Fotografía propia tomada en una exposición itinerante

Las hierbas aromáticas, utilizadas para llevar a cabo los sahumerios, eran muy variadas y nunca faltaban en el laboratorio de una hechicera. Siempre se recogían en la noche de San Juan. Las más utilizadas eran el culantro, la ruda o los granos de helecho.

Otra herramienta importante para los conjuros amorosos eran las velas o candelas de varios colores y tamaños, aunque los más utilizados eran el verde y amarillo.

Las hechiceras también conocían y empleaban amuletos que consistían en diversos elementos (piedras, imanes, etc.) metidos en bolsitas.

Para que los conjuros amatorios fueran realmente eficaces, la hechicera recurría con frecuencia componentes escatológicos que procedían, generalmente, del cuerpo de la persona a la que iba dirigido. El filtro debía contener los dos elementos vitales fundamentales: el semen del varón y la sangre menstrual de la mujer. Pero también se usaba el pelo de las distintas partes del cuerpo, sobre todo de las vergonzosas”, las uñas e incluso orines. La sangre, las uñas y los orines se mezclaban con la comida que se ofrecía al hombre que están intentando hechizar.

En el ámbito de los ingredientes repulsivos podemos contar el empleo de los sapos. Este animal siempre se relacionó con la pasión amorosa (y la brujería) y era el más utilizado para elaborar pociones. Tampoco faltaban en estos laboratorios improvisados materiales macabros como la soga del ahorcado, sus dientes o sus cabellos.

Este es un texto extraído de la obra de Javier Gallego Alcaraván (@iaberius) y Belén Garzás Daimiel, pueblo de brujas., y lo había publicado antes en mi blog Senderos Ocultos.
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A veces dicen, que para el 31 de diciembre, hay que poner un huevo en agua y ponerlo bajo la cama, a las 12 de la noche se revisa, y según lo que haya pasado con el huevo será la suerte del año nuevo. Seguramente muchos de estos agüeros vienen desde tiempos de brujas...

¿El libro de Daimiel y Alcaraván esta para venta en línea?

No : ( . Y eso que aparece en Amazon e, incluso, en bibliotecas como la Nacional de Francia. Pero fue una edición pequeña y no tardó en agotarse debido a la demanda. Y luego nadie se interesó en el ayuntamiento de volver a hacer otra, aunque llevan más de 10 años solicitándolo. Por eso voy difundiendo poco a poco unos contenidos que no están ya al alcance del público. Si tuviese medios, investigaría, porque sabemos que faltó mucho por descubrir para tener un análisis completo. Pero, sin datos nuevos, sería volver a hacer un refrito.

Muy interesante lo que cuentas del huevo. Ten en cuenta que el tiempo de las brujas, la Edad Moderna, coincidió con las épocas de la conquista y la colonia, así que seguro que hay mucho sincretismo entre tradiciones ibéricas y americanas prehispánicas.

Excelente post con muy interesante contenido. Gracias por compartirlo...

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