Montescos y Capuletos

El título refiere a una antigua historia de disputas entre dos familias que fue tomada por William Shakespeare para construir a partir de ello su extraordinaria obra “Romeo y Julieta”. Tratando de averiguar primero quien fue el autor original del argumento, cosa que me fue imposible y luego, ya entrado en el argumento tratar de entender la trama por la cual comienza la rivalidad que lleva al trágico final, me hice una “ensalada” de nombres y circunstancias tan grande que terminé mareado y sin llegar a conclusión alguna.

Sin embargo al referirme a la ensalada de autores y fechas donde algunos toman relatos de otros de varios siglos atrás para construir nuevas obras que finalmente llegaron a manos del “Bardo de Avon” quien a su vez es considerado el mayor dramaturgo de la historia universal, concluí en que ésta como muchas otras, las controversias y rivalidades se presentan en todo orden de la vida, en ocasiones en temas totalmente intrascendente pero que siempre culminan de alguna manera trágica.

Últimamente ha surgido una nueva rivalidad a la que ya veo con preocupación: me refiero a los vegetarianos (incluyo aquí también a los veganos) versus los carnívoros, subcategorías de esto o derivados podrían ser los “saludables” versus los “chatarreros”, los “fitness” versus los “sedentarios” y así continuar un largo rato.

En el centro porteño donde se juntan gran cantidad de empleados debido a la concentración de bancos, financieras, compañías de seguros y entes gubernamentales, por supuesto que los negocios de comida hacen su diferencia y aquí también hay rivalidad, pero no en cuanto a precios sino en la especialidad de la oferta culinaria; están los “saludables” con sus productos basados en verduras y sándwiches “veggie”, jugos naturales y tartas light y por otro lado los negocios que ofrecen productos basados en harinas y grasas como por ejemplo empanadas y pizzas o parrillas y asadores con carnes de diversos animales.

Lo curioso, como pueden observar en las fotografías, es que unos y otros tienen muchos clientes haciendo cola para comprar, podemos concluir en que hay personas a las que le preocupa su salud y otras no tanto o también que están los que pueden gastar más y los que no, porque por mucho que algunos quieran cuidarse o sepan que las empanadas no son tan saludables como una buena ensalada de hojas verdes, no se pueden dar el lujo de pagar más caro. Porque los productos “saludables” son buenos para la salud pero bastante malos para el bolsillo del consumidor.

Hasta ahí todo es normal, la gente elige por una causa o por otra pero hay algo que no me gusta, he visto locales vandalizados con pintadas sobre las cortinas metálicas o directamente contra las vidrieras, en general por supuestos veganos que pretenden imponer su verdad: “crueldad contra los animales”, “No maten animales”, etc. Aquí es donde la historia de los Montescos y Capuletos comienza a tomar forma de drama y donde se corre el riesgo de terminar en una tragedia.

¿Por qué hay que comparar con violencia? No puede cada uno elegir libremente lo que desea hacer (o como dije antes lo que puede hacer). Eso de imponer una verdad sobre otra siempre lleva a la confrontación, a la disputa, a la discusión y lamentablemente al fanatismo destructivo.

Mientras pienso sobre todo esto reparo en que estoy comiendo una rica milanesa de carne vacuna acompañada de una ensalada de zanahorias y tomates, por supuesto no me pelearé conmigo mismo.

Saludos

Héctor Gugliermo

Las fotografías son de mi propiedad.

@hosgug