Cristiano Ronaldo disputó la noche de este martes en el Juventus Stadium uno de los mejores encuentros de su carrera. El portugués realizó par de anotaciones y una asistencia en el marco del partido de ida por los cuartos de final de la Uefa Champions League, logrando para el Real Madrid un resultado de tres goles por cero que en mi criterio significa una eliminatoria cerrada en la que el partido de vuelta será mero trámite.

El encuentro no estuvo exento de emociones gracias a un ida y vuelta constante y un ritmo que a ratos fue vertiginoso. No fue un comienzo fácil para los merengues ni mucho menos más alla de irse arriba en el marcador muy temprano, ya que se vieron bombardeados por una ofensiva rival imponente que en principio supo responder al tanto de Cristiano, pero que a fin de cuentas no consiguió descontar. Los blancos fueron sacando toda su casta y conforme avanzaban los minutos de la primera parte, la balanza de a poco fue inclinándose a su favor.

Un primer gol tempranero de Cristiano apenas al segundo minuto de partido parece haber significado en la Juventus una muerte prematura. Más alla de que lo intentaron, los dirigidos por Allegri no pudieron capitalizar ni una de las numerosas ocasiones de gol que generaron. La magnífica chilena del portugués por medio de la que logró anotar ya en la segunda etapa, significó el cierre del marcador de un partido al que si bien aún le quedaba poco menos de media hora, ya estaba definido.

Y es que en eso se ha convertido el Madrid últimamente: Como rival seguramente podrás atacar, incluso generarle numerosas ocasiones de peligro, pero sin importar cuan incisivo estés siendo, ni cuanto te lo merezcas, cuando menos te lo esperas, te capitaliza, haciendo que pierdas toda esperanza de sacar un buen resultado. No cabe dudas: Efectividad en su máxima expresión. Sin necesidad de maravillar con su juego ni muchísimo menos, el cuadro merengue de una manera u otra se ha acostumbrado a sacar los resultados sin mayores méritos para dar con tal fin, pero en este deporte eso es lo único que importa: Hacer más goles que el contrincante. Puede sonar simplista, pero es así... Posesión de balón, mayor cantidad de remates al arco, etc., son estadísticas que a nivel de marcador no representan nada, y que por ende, poca es su importancia.

Otros de los picos altos para los de Zidane fueron Isco y Modric; Kroos y Marcelo (quien marcó el tercero), correctos como acostumbran; Bale no jugó ni un minuto y Benzema se ha tornado en algo injustificable desde cualquier punto de vista. El ciclo de los dos últimos parece haber acabado en Madrid. No obstante, el buen momento del equipo hace que ese sea un tema que difícilmente pudo haberse pensado en el pasado que ocuparía un plano secundario, pero que en la actualidad así lo es. Se ve opacado por otras situaciones en contraposición tales como la excelente suplencia que llevan a cabo otros intérpretes que más alla de nombres, tratan de aprovechar el máximo de sus minutos en cancha, lo cual para Zidane lógicamente tiene un valor. La preferencia por su connacional de a poco parece ir debilitándose al tornarse sin sustento y eso es algo que seguramente han de saber ambos. Atrás no se queda el galés, cuya intermitencia difícilmente deje de ser la responsable de que esta sea su última campaña en España.