Hay amores que nunca se olvidan

Desorientado camino en la vida aturdido por mis sentimientos.

Divariando pronuncio tu nombre, sin sentido, ni rumbo fijo. Sigo atrapado en tu ausencia, mi brújula descontrolada que me hace seguir el trayecto hacia un norte incierto.

Tus besos que aún se sienten en mis labios, los que me confunden, es tu aroma impregnado en mi alma son mis tristezas las que me descontrolan.

Todo me lleva a otro amor, fracaso tras fracaso después de tu adiós, por más que lo intenté no logro ser el mismo de antes.

Hay amores que nunca se olvidan, pensamientos que nunca me abandonan.

Es tu recuerdo el que me inquieta, tus caricias las que no me dejan, tu amor el que no supero. Son mis lágrimas las que me hacen recordarte, sufro por lo que fue, por lo que ya no puede ser.

Es tu imagen la que me perturba, no sé, no lo entiendo, aún existes en mi ebriedad, y el que te recuerda es mi corazón acosado por tu ausencia.

Es el pasado el que invade mi presente, haciendo que logre ver el futuro en donde aún tú te encuentras en mis brazos.

Soy yo el del problema, mis sueños que te mantienen viva por mi insistencia de buscar entre cosas muertas, entre los destrozos de lo que fue un amor.

Mi temor a volver a amar es mi excusa para quererte cerca, quizá en la espera de alguien que de verdad se arriesgue a sentirse amada.

Si todavía me dueles, si todavía te pienso, si eres ese dolor que llevo en mis entrañas, te ahogare entre copas rojas entre desayunos en la cama. Y quizá no me abandones, te quedes eternamente en mi memoria como ese amor de siempre, sin esperanzas. Porque hay amores que nunca se olvidan y se quedan en el alma.