La enfermera Lou - Siempre hay una primera vez... Parte 2

in #spanish6 years ago (edited)

Saludos comunidad lectora de habla hispana de Steemit, les traigo el final de La Enfermera Lou si quiere leer la primera parte la puede encontrar Aquí.

En el anterior post les hice algunas preguntas a los lectores y de acuerdo a sus respuestas, tuve en cuenta la sugerencia de mi estimada @syllem para comenzar este post y espero satisfacer la curiosidad de @carlosbp por el nombre de Loutrengen al final la historia. Les mando un fuerte abrazo virtual a todos :D

La enfermera Lou - Siempre hay una primera vez... Parte 2

−Siempre quiero ayudar, pero no tengo fuerzas para moverme −contestó Lou con voz temblorosa, agotada por el miedo de estar encerrada en ese cuarto tétrico, rodeada de tinieblas, con la muerte de Don Pedro a su espalda y confundida por esa extraña presencia que la interrogaba.

−Toma un poco de agua para que te recuperes −le dijo ese hombre alcanzándole un vaso con agua.

Lou cogió el vaso con sus manos acalambradas por el terror, sin poder ver a nadie en esa penetrante oscuridad. «“¿Quién está ahí? ¿Tal vez un ladrón?», se preguntó, incrementando aún más sus temores.

−No soy un Ladrón Lou. No te preocupes. Aunque algunos me llaman el ladrón de la vida, pero eso no es verdad.

Don Pedro dejó de lamentarse y en medio del espectral silencio se escuchó girar la rueda de un encendedor. La cara de un hombre blanco con ojos color violeta y una gran pupila negra se alumbró, acercó un cigarrillo a sus finos labios y lo encendió.

−Toma agua Lou. Verás que eso te relaja y luego si quieres fumar…, aquí tengo más.

Lou tomó mucha agua, sentía que realmente lo necesitaba. Al ver el rostro de ese hombre se dio cuenta que no era de este mundo, pero increíblemente sintió paz al reflejarse en su mirada. En su interior sabía que estaba frente al ladrón de la vida, el segador.., sin embargo su razón le gritaba que era ridículo.

−¿Quién es usted? −por fin pudo preguntar en voz alta.

−Eso ya lo sabes Lou. Hace unos instantes te dije cómo me llamaban. Si quieres puedes llamarme Filosofal, pero ahorrémonos el discurso y respóndeme la pregunta que te hice: ¿de verdad quieres ayudar a don Pedro? Queda poco tiempo.

Las sábanas de don Pedro comenzaron a crujir nuevamente con cada tirón de su cuerpo y los gemidos volvieron a escucharse. El pánico atravesó la garganta de Lou como si de un filoso cuchillo se tratase. «Estoy sola en las tinieblas con la muerte personificada, mi vida ha llegado a su fin, fue corta y fea, quizás lo corto sea lo único bueno que me ha pasado, bienvenida sea», pensó Lou, mientras se esforzaba por ver hacia dónde se dirigía lo único que podía ver, el cigarrillo que se fumaba ese ser.

−Voy a prender la luz −dijo Filosofal. −Como para que no digan que es que a uno le gustan los ambientes terroríficos y todas esas tonterías que se inventan los humanos. Te recuerdo que si la luz está apagada es porque tú no la prendiste cuando entraste.

La luz del bombillo terminó de cegar la vista de Lou, pero ella hacía bastante esfuerzo para abrirlos rápidamente porque cada vez se sentía más desprotegida. Finalmente pudo aclarar la vista y se encontró ante la figura de un hombre vestido de negro, sin corbata, pero con un traje elegante. Tenía cabello color violeta muy largo y recogido con una trenza, no aparentaba tener más de treinta años, sus facciones eran amigables, y sus pupilas ahora estaban recogidas como las de un gato, dejando ver mejor el color violeta de sus ojos; esto era lo único impresionante en su apariencia, el aspecto de esos ojos razonablemente daba miedo, pero Lou extrañamente sentía paz al observarlos, y además alivio, porque eso ratificaba que no se encontraba ante algún humano asesino que se hubiera metido a la casa, se trataba sin duda de un ser de otro mundo. «¿Y si fueran lentes de contacto?», la intranquilizó la pregunta que llegó a su mente.

−No son lentes de contacto −respondió Filosofal. −Lou, si no te apresuras a recoger agua tibia del baño para ayudar a este hombre…−

−¿Agua tibia? −respondió sorprendida Lou.

−Sí. Tienes que darle un baño antes de que se muera con más dolor, yo te enseñaré cómo hacerlo.

Lou corrió lo más rápido que pudo a la ducha, recogió suficiente agua dentro de un balde y se olvidó por completo de llamar a la ambulancia. Entró a la habitación con la extraña sensación de que por fin su vida había adquirido sentido. Filosofal cogió sus manos y le entregó una bolsa de tela aterciopelada color blanco, con jeroglíficos egipcios, color dorado, bordados en ella.

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(1) Ver significado al final del post

−Ábrela Lou. Es un regalo para tí −le dijo Filosofal sonriéndole.

Un lazo dorado entretejido en la boca de la bolsa hacía un nudo que Lou desató delicadamente y cinco piedras violetas hermosas salieron de su interior. Su corazón rebosó de alegría al ver el brillo de estas gemas.

−Colócalas dentro del balde Lou.

Loutrengen metió sus manos delicadamente dentro del recipiente para depositar las piedras, al dejarlas libres dentro del agua las gemas comenzaron a moverse y el agua poco a poco fue tornándose de color violeta.

−Comienza a bañar a Don Pedro, como siempre lo has hecho, pero sin echarle jabón ni shampoo. Toma esta tela y masajea donde sientas nudos −dijo Fiolosofal alcanzándole a Lou un pequeño paño aterciopelado color azul purpurino con otro jeroglífico egipcio.

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(2) Ver significado al final del post

Lou desvistió delicadamente a Don Pedro y comenzó a hacer lo que Filosofal le indicó. Llevaba diez años bañando ancianos, pero nunca había sentido los nudos que en ese momento comenzó a sentir en los músculos de Don Pedro, luego comenzó a ver cada pasaje doloroso en la vida del anciano en su mente y se vio a ella misma interactuando con él para que pudiera entender lo que estaba sucediendo en ese pasado que ahora mismo se hacía presente.

Se vio jugando con el niño Pedrito haciendo bolitas de tierra en el jardín de su casa y adornándolas con margaritas, sintió la alegría en el corazón de Pedrito porque ya casi estaba listo el regalo para su madre, pero en ese instante salió su mamá y lo cogió a chancletazos porque le había dañado el jardín. Lou le secó las lágrimas de su rostro y le dijo que su madre no sabía que era un regalo para ella; Pedrito le contestó que nisiquiera dejó que él le explicara, que le dolía mucho el cabello por la mechoniada, los brazos por los pellizcos y las piernas por los chancletazos; Lou masajeo los nudos que habían quedado en esas partes de su cuerpo y le dijo a Pedrito que esto ya había pasado, que esta lección no era para él, sino para su madre, y que ella algún día sabría que se trataba de un regalo y se lo agradecería.

−¿En verdad algún día mi madre sabrá que era un regalo para ella? −preguntó Pedrito sonriéndole a Lou.

−Claro que sí, Pedrito.

Y así transcurrió cada pasaje de la vida de Don Pedro en la mente de Lou, cuando las lecciones eran para él, Lou le hacía entender que no se trataba de corregir para que las personas que lo rodeaban fueran como él, sino de compartir experiencias y enseñar a través de sus acciones, pero que lo más importante era que siempre aprendiera de los demás. Cada nudo en los músculos de Don Pedro se deshacía, mientras que Filosofal observaba sonriendo las hebras de la vida que se iban soltando suavemente. Tres horas después Don Pedro exhaló su último aliento con una sonrisa apacible y en su mirada un destello de agradecimiento hacia la enfermera Lou.

−Vuelve a vestirlo y baja a llamar a la ambulancia −dijo Fiolosofal.

−No. Espera, no quiero que te vayas. Eres mi único amigo. Además, ahora no sé qué debo hacer. Ni siquiera sé por qué pude hacer todo esto.

−Todas las respuestas están en tu corazón amada Loutrengen.

−No. ¿Quién eres tú? Siento que te conozco. Necesito saber más. Por favor, quédate.

En ese momento atravesó un destello en la mente de Lou y se vio en una sala cuna, con una etiqueta amarrada a su pequeño bracito de bebé en el que se podía leer su nombre completo: Loutrengen. Luego la mujer que la crió se acercó a la cuna y la alzó en sus brazos para sacarla sin permiso del hospital.

−¡¿Quién es mi verdadera madre?! ¡¿De dónde proviene ese nombre tan extraño que tengo?! −gritó Lou con sus ojos desorbitados.

−Tu nombre significa: el corazón que florece en el desierto y las gemas que ahora están en tu poder son las cinco lágrimas que derramaste en la arena para fertilizarla. Filosofal le entregó una tarjeta a Lou que decía:

**Doctora Carol **
Psicoterapeuta de casos especiales.
También realizo consultas a domicilio: 311 4836943
[email protected] (3)

−Búscala. Yo volveré en tus sueños y ahí seguiremos hablando, no todas las personas serán tan fáciles como Don Pedro, tienes mucho que aprender aún, pero por ahora llama a la ambulancia porque te pueden meter a la cárcel y de ahí no podré sacarte.

FIN

(1) El jeroglífico probablemente significa: «el difunto que ha pasado por el tribunal de Osiris y ha sido hallado justo»
(2) El jeroglífico probablemente significa: El que se hizo a sí mismo. El que renace de las cenizas.
(3) Dentro de este post encontrará la historia de la «Doctora Carol y la Pata de Mono».

P.D: Jamás encontrará enlaces phishing dentro de mis post, soy una persona honorable que trata de ganarse la vida escribiendo.

Sort:  

Hola fanisk, gracias, un honor para mi sentirme parte de tu historia tan cautivante, me atrapó y ya quiero leer la tercera parte, para conocer más de la vida de la enfermera. Plasmas las palabras para ir uniendo y descubriendo...

Hola @syllem gracias por detenerte a leerlo. Me agradó mucho que participaras tan activamente, definitivamente eres todo un sol, me encanta tenerte como lectora y a la vez colaboradora. ¡Un abrazo!

Saludos Fanisk, gracias por aclarar mis dudas. La historia sin duda tiene un gran mensaje, en ocasiones nuestras acciones o falta de ellas,van dejando huella en algunas personas y muchas veces, tal vez sin intención estamos formando "nudos" en las otras personas. Nudos que solo desaparecerán cuando nuestra vida trascienda a otro plano, de allí la importancia de siempre meditar las consecuencias de nuestras acciones.

Gracias @carlosbp por tu reflexión que es un magnífico aporte a esta historia. Me alegra que tus dudas se encuentran resueltas. ¡Un abrazo!

hola @fanisk, muy bonito el mensaje, gracias a filosofal, la enfermera Lou, logró percibir las sensaciones que necesitaba para seguir adelante y valorar mejor la vida, encontró su camino y se hizo mejor persona atendiendo los problemas de otro, bonita lectura, aprovechando quiero hacerle saber que le mandé un reto, hacer un post dedicado a escribir 5 cosas que te guste y 5 cosas que te desagraden y retar a otros usuarios, puedes observarlo en el post que acabé de hacer que dice el titulo mencionado en el que hablé de lo que me gusta y desagrada, saludos, espero lo haga para asi saber un poco de usted y los otros usuarios a quien les hice el reto

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