El Beso de la Calavera

Hola. Bienvenid@s al primer capítulo del cuento "El Beso de la Calavera". Esta es una historia corta de Suspenso y Terror, aprovechando que llega Halloween 💀 Aunque muchas vitrinas en mi ciudad (Bogotá) ya están adornadas para navidad, no sé si quieren borrar la «Noche de las Brujitas» del sistema mercantil porque no les da mucho dinero...🤔 Ojalá que en Steemit existan personas que aún les gusten esta clase de historias. 

Les presento este Trailer que realizó @NamRa donde podrán ver algunos adelantos que conforman el cuerpo total de esta pequeña historia 😉

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EL BESO DE LA CALAVERA

CAPÍTULO I

¡NECESITO LA MITAD DEL DINERO AHORA!

Alphonse es un cazador de fama internacional, tiene cuarenta y cinco años y nació en Alemania; las innumerables cicatrices en su cuerpo, y sus gigantescos ojos pardos, le dan un aspecto temible. Las cacerías más exitosas han sido dirigidas por él, y su experticia en el océano, le dieron el título entre el círculo de cazadores de «El Capitán del Mar».

El capitán fue contratado por un hombre que le depositará en su cuenta bancaria la suma de treinta millones de dólares, también le dió dos millones fuera del pago para que reuniera a los hombres que necesitara para una extraña cacería. Alphonse no lo conoce y tampoco le importa, esta es la cacería más jugosa para la que ha sido contratado, además llegó en el mejor momento, pues finalmente encontró a la mujer con la que desea vivir sus últimos años, alejarse del mundo, y comenzar a escribir las incontables aventuras que vivió como cazador.

Carter es el último hombre que se sumó a la cacería, llamó a Alphonse desde el Congo, cuando corrió la voz dentro del círculo de cazadores, que el Capitán del Mar, conformaba una cuadrilla a la que se le pagaría la suma más grande de dinero que se haya visto desde hace mucho tiempo. Alphonse quedó de un tajo, pues ya había depositado quinientos mil dólares al supersticioso de Liam cuando Carter lo llamó.

Todos los hombres estaban listos para viajar desde Alemania al Estado de Arizona en Norteamérica, sin embargo, Alphonse decidió llamar a Chris, el hombre del que se servía su verdadero jefe, para pedirle más dinero. No guardaba esperanza de que aceptaran su petición de último momento, pero necesitaba a Carter en el trabajo; en lugar de cuatro, serían cinco hombres.

─Tenga. Deposite el dinero en la cuenta del hombre que le hace falta. El Conde ─así le llamaba Chris a su jefe─ debe viajar esta noche y me necesita para que prepare unos asuntos de último momento. No tengo tiempo de hacer esta consignación ─dijo Chris abriendo el maletín con los quinientos mil dólares, al tiempo que lo deslizaba en la mesa de su lujosa oficina hacia las manos del Capitán del Mar.

─Sé que tal vez esta expedición sea la última que realice ─dijo Alphonse a Chris haciendo caso al presentimiento que embargaba su corazón─, por eso necesito que nos dé a todos la mitad de la paga en este momento. ─Alphonse pensó que tanto dinero sin reparos, debía de ser porque todos estarían expuestos a un peligro tan grande, que lo más probable es que no salieran con vida─.

─Usted está loco. Ya se les ha consignado a todos sus hombres de a quinientos mil dólares en sus cuentas para los gastos, y a usted la cuantiosa suma de dos millones de dólares para organizar esta cacería ─dijo Chris levantando sus delicadas cejas, pero sin muestra de perder el control de sus emociones.

─Nada de eso, ustedes, y digo ustedes, porque sé que usted no es la persona que en realidad me está contratando; ni siquiera me han dicho a quién o qué se debe cazar, solo sé que debo esperar un sobre con las instrucciones cuando llegue a Arizona ─dijo Alphonse sentado desde una ostentosa silla.

─Eso ha debido pensarlo antes de aceptar el dinero ─contestó Chris sin alterarse.

─No, aún no he firmado ningún contrato con ustedes, y créame cuando le digo que no les tengo miedo. Si usted quiere continuamos esta conversación en otra oportunidad ─sonrió Alphonse disponiéndose a levantarse.

─Espere un momento ─le contestó Chris subiendo levemente el tono de su voz, al tiempo que abría un poco sus ojos verdes─. Continué, por favor.

─Ya se lo dije. Necesito la mitad de la paga en este momento para todos mis hombres y para mí. Eso es todo. De lo contrario no haremos la cacería.

Chris se levantó de la silla, sacó el celular del bolsillo de su costoso traje, abrió la puerta de la sala de juntas, y dejó al Capitán del Mar esperando por la respuesta. Pasaron treinta minutos y nuevamente la puerta se abrió para dar paso a Chris:

─Entre por favor ─le dijo a Alphonse.

Cuando Alphonse entró en la sala de juntas, vio a seis hombres sentados en una brillante mesa rectangular; saltó encima de Chris sacando su cuchillo de sierra, con el fin de protegerse de la inminente rafaga de disparos que recibiría. Chris solo alcanzó a coger el prominente brazo derecho del Capitán para tratar de que no lo ahorcara, pero era inútil, sus manos solo llegaban a cubrir medio antebrazo de Alphonse.

En ese momento los seis hombres se apresuraron a abrir los maletines que contenían millones de dólares en su interior y se los mostraron a Alphonse.

─¡Ahí está el dinero! ¡Suélteme! ─dijo Chris sin poder casi respirar.

─Necesito que me lo consignen a las cuentas que usted ya sabe, y de paso consigne los quinientos mil para Carter. No me importa lo que tenga que hacer ─dijo el Capitán apretando su cuchillo en el cuello de Chris, proporcionándole una leve cortada que dejó fluir un hilillo de sangre.

─¡Está bien! ¡Lo haré! ─contestó Chris con sus ojos verdes desorbitados, y ya sin aliento.

─Dígale a su Jefe que espero el sobre en Arizona, siempre y cuando usted realice esas consignaciones hoy ─dijo Alphonse tirando al piso a Chris. 

 

Foto por: George Hodan (http://bit.ly/2wnK0RD)