La vida nos sorprende a cada instante. En estos momentos, estoy en Caracas, y la verdad es que no me imaginé que volvería a vivir en esta ciudad en la que pasé doce años de mi vida adolescente. Mi relación con ella siempre fue distante. Nos veíamos, nos saludábamos, pero nunca llegamos a ser amigos de verdad, verdad; aún la relación sigue un tanto fría, pero ahora la veo con otros ojos y mi mirada se quedó anclada en su panal de concreto.