Premisa con la que abre esta nueva temporada de concursos fotográficos con @Cervantes, frase que me lleva a pensar inmediatamente en una foto realizada hace poco en los alrededores de la 10ma Transversal de Altamira. La siguiente foto me hace sentarme a verla una y otra vez, no por la foto como objeto en si, sino por el acto capturado por el lente.

La foto es la siguiente:

Realizada con una Canon EOS Rebel T3, lente 28-135 USM f/ 3.5-5.6

Previo a la captura, el momento fue un encuentro de miradas. La señora contemplaba la zona, a la gente que baja de Sabas Nieves, a los niños con sus padres, los perros, las aves. Ella solo veía todo, en silencio y desde su desorden, dentro de su desastre, dentro de su caos. Fue inevitable para mi no detenerme bruscamente para verla como quien piensa directamente en una fotografía, una captura del mas hermoso y pacifico estado humano... La calma que nos genera la acción de contemplar nuestro entorno.

Ella me vio, vio cuando me detuve por casi 5 segundos a mirarla, vio cuando me senté en el suelo, vio cuando saqué mi cámara y le apunté directamente con ella. Consciente de lo que iba a pasar, regresó su mirada a donde estaba previamente y siguió contemplado todo su entorno.

Hace días pasé de nuevo y la volví a ver, con la misma ropa y la misma postura. Puede que quizás esté esperando algo. Podría decir que ella lo permitió, que ella me regalo la captura. Y si en mis posibilidades está, con lo que haga este post, le regalaré una copia física de esta foto y algo de comer.