Aunque he sabido de libros escritos entre dos autores (y hasta más), no recuerdo otro caso en el cual una novela escrita a cuatro manos haya sido el debut literario para ambos escritores, aunque Bolaño ya había publicado un libro de poesía en México años atrás, pero se trató de apenas 225 ejemplares de 20 páginas, impreso en la imprenta de un amigo. Ganadora del Premio Ámbito Literario de Narrativa en 1.984, Consejos de un discípulo de Morrison a un fanático de Joyce representó el debut literario de A.G. Porta y el entonces desconocido Roberto Bolaño.

¿Cómo fue el proceso? ¿cómo se escribe una novela entre dos personas? En una oportunidad, Bolaño dijo que lo habían hecho escribiendo un capítulo cada uno, turnándose para ello. Pero luego, años más tarde, el mismo Bolaño dijo que Porta hizo un borrador sobre el cual él terminó de escribir la novela. Es difícil saber cuál versión es la real, acaso existan más que estas dos, porque el escritor chileno solía ser sarcástico ante ciertas preguntas en las entrevistas y a veces resultaba difícil comprender si hablaba en serio, o era una broma. Porta no recuerda exactamente cómo fue. Lo que sí recuerda es que además de la novela, tenían el proyecto de un libro de cuentos, de los cuales sólo sobrevivió Diario de bar, un relato breve que el español no sabía de cuándo era y que Bolaño ni siquiera recordaba. En 2.006 la editorial Acantilado recuperó ambas obras y las integró en un único volumen para ofrecer a los lectores de un ya fallecido Roberto Bolaño, sus primera creaciones. Recientemente, el grupo Random House adquirió los derechos de toda su obra que se ha publicado en los sellos Alfaguara y DeBols!llo.

Consejos..., así se referían los autores a su novela, es una historia de violencia callejera, ambientada en una Barcelona en donde la inseguridad urbana está a la orden del día: asesinatos, atracos, robos, personas quemadas, pistolas, anfetas, cigarrillos, carros robados conducidos a gran velocidad... son los ingredientes de una novela que mezcla el thriller, la literatura y el Rock and Roll, con un matiz de road movie.
Ana Ríos es una sudamericana que vive en Barcelona. Es fumadora, fría, frecuenta malas compañías y confiesa que su debilidad es "enamorarse de mucha gente". Ángel Ros, un español sensible y triste, con aspiraciones literarias, está enamorado de Ana y se deja arrastrar por ella a esa vorágine de violencia que inician con el asesinato de la jefa de la muchacha. Ana es la que imprime velocidad a la trama, la que propone la primera víctima y le dispara en el pecho, sin inmutarse. Ángel, por su parte es más calmo; siempre rezagado, lento, aunque no siempre nervioso, funge como testigo pasivo casi siempre y como narrador de la acción.

Ángel se encuentra en el centro de varios opuestos: la música, la psicodelia y la violencia por un lado y las reflexiones y el pensamiento bien razonado por el otro. El Rock, The Doors y Jim Morrison frente a la Literatura y James Joyce por el otro. Mientras huye de la policía junto a Ana, el español escribe una novela en la que su realidad se filtra a la ficción: su novela trata de un atracador de bancos, fanático del Rock y ávido lector de James Joyce. Dédalus, así se llama su protagonista, es su alter ego, pero también de Ana: "..fue transformándose en una copia de ella misma". Es interesante la fusión de autores y personajes, Ángel Ros es un alter ego de Bolaño (veo más de Bolaño en él que de Porta, porque de éste último conozco apenas este libro), pero Ana también lo es; y Dédalus es un alter ego de Ángel Ros que se parece demasiado a Ana Ríos (nótese la similitud de los nombres y apellidos de los criminales), como si todos ellos fuesen variantes de una misma personalidad.

Al estilo de Bonnie y Clyde, Ana y Ángel roban una boutique, asaltan y asesinan a varias personas, pero un día hacen planes para huir. Quieren una vida tranquila en París. La capital francesa es la promesa de un nuevo comienzo, donde Ángel escribiría, como Pound, "Hem" y Fitzgerald y Ana trabajaría de sirvienta. Pero la policía les pisa los talones y ellos buscan refugios separados, se salvan por los pelos en una oportunidad, él la busca, ella lo abandona pero luego vuelve y deciden hacer un último trabajo. En uno de sus cuadernos, Ángel muestra el bosquejo de su novela, una breve sinopsis, datos para la biografía de Dédalus y algunos elementos que usará en su ficción, tal cual como lo hacía Roberto Bolaño para las suyas. El final que anticipa a su protagonista es “Tiroteo y muerte”, profetizando a su vez el destino de Ana.
En la novela hay múltiples referencias, nominales y de fondo, a James Joyce: Ángel conoce a una norteamericana llamada Joyce, lee a Joyce Cary, Joyce Carol Oates. Y también hay una huella de Hitchcock y su amor por las rubias: Mari Pili, una compañera de la juventud, Joyce, la poetisa Montserrat, la chica desconocida del último atraco y Kati, una poetisa venezolana. Sin embargo, Ana tiene los cabellos cortos y oscuros.

Algunos títulos de Roberto Bolaño

La escena final con un Ángel viviendo solo en París, relata un tenso e inminente arresto que no se da. Pero la descripción de esa última página me gustó muchísimo, su construcción es limpia y efectiva. A pesar de ser una historia violenta, la novela también invita a profundas reflexiones sobre las inquietudes de una generación, que bien pueden ser todas las generaciones, desencantada con su entorno, con lo que se espera de ella. Algunas de las frases más destacadas de la novela en las cuales se ve ya el estilo de Bolaño son las siguientes:

“Los últimos sueños juveniles se habían convertido en pesadillas, y las pesadillas, en el colmo de la mala suerte, resultaron estar vacías. ¿El futuro? ¡Maravilloso! Trabajar y trabajar para edificar no sé qué país […] Cuarenta años más y luego retirarse con una módica pensión del Estado; eso en el caso de que antes hubiéramos conseguido trabajo, posibilidad cada día más remota”

“Hubo una época, pobre de mí, en que creí que la literatura arrastraría gente, como el rock…”

“El poema que es fiel reflejo de aquello que una quiere expresar es casi quimérico”

“Pienso que en realidad todo va viniendo lentamente, aunque nos demos cuenta de golpe”

“Creo que soy un hombre feliz. Quiero decir: a veces creo que he encontrado la felicidad. No dura más de 5 minutos pero tampoco tarda más de 48 horas en reaparecer”

“Así es la vida […] un lindo ramillete de bromas negras”

El volumen lo completa Diario de bar, un cuento "brutal" en palabras de A.G. Porta que cuenta la historia de Mario, un escritor chileno que acude todas las mañanas a un bar a tomar café, después de haber pasado la madrugada escribiendo. Evoca, sin duda, la vida de Bolaño en aquellos años antes de obtener el reconocimiento que vino después. En el relato se habla de un chileno que se ha suicidado y el barman relata a Mario los últimos avances de caso. El final no se los cuento, pero es bastante intrigante ¿quién se ha suicidado?. Consejos de un discípulo de Morrison a un fanático de Joyce, un título muy largo para el estilo de Bolaño y Diario de bar, son dos piezas indispensables si se quiere conocer y estudiar a uno de los escritores más influyentes de las últimas décadas. A pesar de haber sido escritas a principios de los años ochenta, estas narraciones contienen ya la magia del genio que estaba a punto de salir de su lámpara.