VIDAS A TRAVES DE LOS SUEÑOS #NOVELA III Parte

• Estimado Diego, toma asiento, que esto no te asuste. –Dice Bruno, tomándolo del brazo con gesto de amistad y llevándolo de nuevo a su asiento.
• Pero, esto no puede ser, no lo puedo creer. Yo, esos días notaba que mi profesor mantenía  un comportamiento muy extraño, estaba algo distraído y nos evaluaba constantemente preguntándonos cosas raras, como tratando de ver  que tan escépticos éramos. –Comenta Diego, con un tono algo angustiado y nervioso viendo a todos lados 
• Entiendo que esto te sea muy inquietante, estimado Diego. Pero necesito que alguien pueda escribir mi historia, hacerla que prevalezca en el tiempo; no importa si suene a fantasía, no importa si solo sea una historia de ficción, pero para mí, es una pesadilla que aún no sé por qué me tocó. 

Empieza a llegar la hora de atender a las personas que van llegando para tomar su merienda. Diego, se excusa con Bruno, debido a que debe trabajar y lo deja sentado mientras su cabeza da mil vueltas. Bruno, como un ser sin sentimientos, continúa su bitácora, pide la cuenta y se va; dejando en la mesa una muy buena propina y una nota que decía:

• Hasta mañana, estimado Diego…

Diego, pasa una noche casi de insomnio, con temor de dormir y amanecer siendo otro, sentía una gran paranoia respecto a una historia extraña, pero muy convincente para él.

Al día siguiente, va preparado con una libreta de cuero que pertenecía a su padre y el lápiz que le había dado Bruno. Pasan horas y cada vez Diego luce más ansioso, hasta que por fin Bruno, se presenta al lugar. Se saludan con un fuerte apretón de manos y toman asiento. 

Bruno, continúa el relato de su fascinante historia, mientras Diego, se mantenía atento como si no existiera otra cosa en el mundo que pudiera distraer su atención de aquello que estaba escuchando y en ocasiones solo quitaba su mirada hacia Bruno, para hacer ciertas anotaciones.

• ¿Cómo sabes que tenías una vida en 1996, con tanta certeza?-pregunta Diego
• Pues, porque tengo recuerdos de una larga vida, desde pequeño hasta esa fecha. -responde Bruno.
• ¿Y si tal vez solo fue una vida larga otorgada? –mantiene Diego su curiosidad con cada pregunta.
• Ahora sabes, mi estimado Diego; el por qué, te elegí para esto. No temes a lo desconocido, tal vez por tu naturaleza solitaria.

Así transcurrieron tres días más, de relatos y anécdotas. Diego, atento siempre, ya con una confianza de amigos; a veces reían, otras veces mantenían una seriedad inquietante.

Un día Bruno, no llegó. Pasaron dos días de incertidumbre. Hasta que por fin apareció.

• Hola mi estimado Bruno. –se acerca Diego con mucho agrado y amabilidad, imitando la forma de hablar de Bruno.
• Oooh!!! Disculpe joven pero creo que se ha confundido; mi nombre es Javier.

Fin de la tercera parte

 Espero les haya gustado esta tercera parte de la  pequeña novela que estoy compartiendo con ustedes, espero sea de su  agrado y si quieren ver las anteriores entregas,  pueden conseguirla haciendo clic "primera parte" y "segunda parte".  

 Mil gracias por leer.