EL TREN DE LA VIDA.
Vivo en las contradicciones
de mis desencuentros.
De no vivir como pienso.
Descansé mi tiempo
en placentar a otras vidas,
vivía solo y en los demás
sus momentos.
Me olvidé del sentir de mis días.
Hoy me subí de nuevo
al tren de la vida,
dejé atrás el andén de los falsos deseos,
y en el vagón de la esperanza
llegué a viajar sin destino...
para vivir el paisaje de mis sueños.