El azúcar; la droga más peligrosa de la historia.

Así como el alcohol, el cigarro y los fármacos, el azúcar en su efecto es una droga. Podría sonar exagerado pero el azúcar es extremadamente adictiva y mala para la salud, es tan complicado enfrentarse contra un antojo de dulce como por un cigarrillo. El consumidor de azúcar siempre querrá más; es posible que pueda seguir ingiriendo así no tenga hambre, llevando tu cuerpo a un estado en el cual está expuesto a padecer varias enfermedades como por ejemplo:

• Ansiedad
• Lupus
• Depresión
• Colesterol
• Fatiga Crónica
• Problemas intestinales
• Osteoporosis
• Obesidad
• Bulimia

El azúcar es 100% legal y se encuentra en el 99% de los alimentos. Sin embargo no recibe la misma marginación que otras otras, sino que las grandes industrias alimenticias le hacen tanta publicidad que nos incentivan a consumirla.

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El Círculo Vicioso.

Al consumir azúcar, la glucosa es atraída por la sangre, lo cual nos hace sentir un breve estímulo de energía. No obstante, a este estímulo le sigue un estado de depresión, y el mismo ocurre después del desprendimiento del nivel de glucosa sanguíneo. Cuando esto sucede, podemos sentirnos irritados, cansados, estamos agitados e incluso debemos esforzarnos un poco realizar alguna actividad mental.

Después de este bajón de ánimo, necesitamos volver a sentir ese excitante golpe de energía, continuamos consumiendo azúcar, y una nueva crisis empieza antes de terminar la anterior. Las crisis pueden acumularse y al final del día puede ser perturbadora la experiencia, la gravedad del aprieto será directamente proporcional a la sobredosis de glucosa.

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El Azúcar Alimenta las Células Cancerígenas.

El azúcar no posee ningún valor nutricional, además que está vinculada con problemas en el sistema inmunológico. Según algunos estudios hechos recientemente, doctores denuncian que el azúcar es una de las sustancias que mayores problemas crea al atacar nuestro sistema inmunológico. El azúcar ayuda a que tus células cancerígenas se multipliquen, debido a que vuelve la sangre ácida, la cual la lleva a un estado apto para sembrar células cancerígenas. El sistema inmunológico trabajará con menos eficacia y no las detectará a tiempo, lo cual le permitirá a las células irse multiplicando.

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