Dejemos de pensar y accionemos.

A veces en nuestra travesía por la vida, se nos atraviesan oportunidades que rondan por nuestra cabeza mucho tiempo, sin embargo no tomamos la decisión de ir por ella, pensamos y pensamos en las posibilidades, y a pesar de que está muy genial la propuesta que nos hace nuestra mente, no hacemos frente a la coyuntura que se nos presenta, nos quedamos cruzados de brazos, acariciando lo bonito que sería tener éxito en lo que nos estamos proponiendo, pero allí se queda, siendo una idea extraordinaria y nada más.

El golpe de emociones nos satisface y nos conformamos con el sentir tal emoción.

Nos conformamos con el sentimiento sí, parece mentira, pero es real, si me ha pasado, me pasaba. Nos quedamos inertes, no hay otra acción más allá de decir que lo lograremos, y a mi parecer, deberíamos tomar las oportunidades y devorarlas con la misma sed que tiene un vampiro por sangre.

No pienses en el fracaso, descubre posibilidades.

Me basé en experiencias pasadas, para escribir esta redacción. En el ahora; me gusta tomar las oportunidades, las hago correr a mi favor, juegan para mí, son parte de mi equipo.

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