Rojo 02: Brújula

Saque el smartphone de mi bolsillo. Marcaba las 19.24 de la tarde. Di la vuelta, para ver el de la iglesia de la plaza, el cual marcaba las 17:40. Lo normal es pensar que se había parado, pero algo más se había parado. No me había dado cuenta, pero aun era de día y a esas horas ya debería hacer al menos una hora que debería haber caído la noche.

Eran tantas cosas que ya ni me planteaba buscar una explicación a cada detalle absurdo, solo quería saber que pasaba y donde estaba. Pese a reconocer cada calle, cada tienda, cada árbol, cada adoquín, era incapaz de saber donde narices estaba.

Casi sin pensar llegue al punto rojo en la fachada. Era una pegatina, bastante grande, de unos 10cm de diámetro, más o menos, de color rojo, sin inscripciones. No había nada más. Todos los carteles cercanos, incluso las piedras rojas que se veían normalmente en la fuente, eran negras, pero esa pegatina circular, era roja. La toque y no paso absolutamente nada, no tenia ningún relieve, ni nada. Simplemente, un trozo de plástico rojo pegado.

Ahora mismo estaba aun más perdido. Esperaba una pista, que me llevara en alguna dirección, pero nada. Era momento de recapitular un poco. Hacia más de una hora que estaba en mi pueblo, en la calle más céntrica y concurrida, pero parecía una localidad abandonada. El reloj de la iglesia, frente al ayuntamiento, parado. El rojo se había convertido en negro, salvo en una pegatina roja en una fachada. Mire el edificio, el nombre de las placas y la verdad, todo era absolutamente normal. Empuje la puerta. Nada. Completamente cerrada.

Lo normal seria llamar por teléfono y era una gran idea, por la salvedad de no tener cobertura. En pleno centro, donde la cobertura es excelente, no tenia cobertura. Lo que faltaba. Un smartphone de ultima generación que se había convertido en un caro pisapapeles.

Se me ocurrió algo lógico. Había ido hacia el punto rojo, pero al lado tenia la comisaria de la Policía Local y lo había obviado. Así que decidí ir hacia allí, para ver si encontraba a alguien. Seria lo normal, siempre alguien de servicio.

Entre. Vacía. La comisaria estaba vacía y no parecía haber corriente. Entre como si nada, revisándolo todo, para ver si encontraba algo, pero nada. Encontré el cuadro de protecciones eléctricas. Mire de encenderlo todo, pero pese a subir y bajar protecciones, no había corriente, así que, ni luz ni gente. La cosa cada vez era más y más absurda.

Fui hacia lo que parecía el comedor y no había nadie, pero si había comida, así que busque una mochila y cargue comida y un par de botellas de agua. No tenia sed, ni hambre, pero en algún momento aparecerían. Cargue también una linterna, por si acaso, aunque no parecía que fuera a hacerme falta.

Cuando salía vi un mapa en una mesa y lo cogí, junto con un bolígrafo de publicidad. Me conocía el pueblo, pero el mapa me podría ayudar en mis movimientos. Cogí también una silla, la cual puse en medio de la calzada, en un punto donde podía ver el punto rojo y la calle donde estaban todas las tiendas. Marque el punto del rayo, donde aparentemente empezó todo. Marque la iglesia y el punto rojo.

No se me ocurría nada. Tres puntos no marcan un patrón, no dicen nada.

Deje la silla ahí, en medio. Fui hasta el punto y tenia que tomar una decisión, izquierda o derecha. Quedarme ahí como un idiota no iba a servir de nada, así que tenia que moverme. Antes de seguir saque de nuevo el smartphone y mire la redes WiFi, por si me podía conectar a alguna y hablar con alguien. Lógicamente no había redes WiFi, algo imposible, por estar en el centro del pueblo y estar relativamente lleno de estas redes, aunque sin luz, difícil tener internet.

Con el smartphone en la mano, se me ocurrió encender la cámara y hacer algunas fotos. La primera la hice enfocando a la iglesia, tomando también la rotonda. La segunda a mi, por si acaso. Me fije que la sudadera seguía siendo negra en vez de roja. La ultima fue al circulo rojo. No sabría explicarlo, pero el circulo cambio en la foto. El de la pared no había cambiado, pero en mi smartphone se podía leer ‘verde’.

¿Qué clase de broma era esta?

El colmo del absurdo era que en un circulo rojo, al tomarle una foto, apareciera la palabra verde. Rápidamente pensé que me estaba volviendo loco o que me habían dado un golpe en la cabeza y que esto me lo estaba imaginando debido a una fuerte conmoción cerebral. Fue un destello fugaz, porque había algo que me hacia sentir que todo era real, pese a que realmente todo parecía bastante irreal.

Lógicamente, uno en ese instante empieza a pensar en posibilidades. La de la conmoción era la más lógica, aunque no debía caer en el olvido la posibilidad de estar soñando, muerto, drogado o, como remate de lo absurdo, en un plano diferente.

Tenia que ver como solucionar el problema, como enfocarlo. Lo único posible o lógico es que fuera una pista de algo, aunque no sabia de que.