Brizna
Vióse ante una inmensa llanura. Solo nada ante si, ni árboles, ni plantas, ni tan siquiera una brizna de hierba hasta donde alcanzaba la vista. Se sentó, en el inhóspito suelo, en medio de aquella soledad. Medio camino entre oscuridad y luz, marcando el punto donde luz y oscuridad se tocan, sin mezclarse. Se acostó. Sus piernas en la luz, su tronco, en la oscuridad, irreflexivo, tendido. 40 monedas de plata.