Son las 7 de la mañana de un sábado cualquiera. Un sábado en el que podrías disfrutar un ratito más en la cama, ya que hoy no es día de madrugar. Todo pinta muy bien pero no es así. Tu hija de 8 meses ha dado una noche guerrera y ha acabado durmiendo en la cama, en medio. Repito son las 7 y no deja de moverse de soltar patadas y manotazos involuntarios, aunque sin intención... molestan que te cagas, y por supuesto no dejan conciliar el sueño.
Con esta situación y bastante desvelado, son ya las 8 y decido levantarme al sofá y poner cualquier peli que me entretenga y no sea excesivamente larga, para que cuando se levanten las otras dos ocupantes de la cama, la peli ya haya acabado.
La curiosa elección es...

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Las dos puntos importantes a la hora de elegirla fueron: la duración 75 min. y un poco el título llamativo. Me imaginé que sería algo de terror malo del que me hace en ocasiones sonreír e incluso reír.
No me equivoqué, aunque el llanto estuvo también a punto de provocarlo.

Zombies y castores... allá que vamos, con toda la valentía del mundo. No hay nada que perder.

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Me voy a la sinopsis: Tres universitarias acuden unos días a una cabaña de unos familiares de una de ellas. La casita está en marcada en un bonito paraje junto a un idílico lago. A la par hay un misterioso vertido en la zona, lo que provoca que los castores que allí habitan, abundantes por cierto, adquieran las propiedades por todos conocidas, las propiedades zombies.
A las pocas horas de estar en la cabaña llegan por sorpresa las parejas de estas tres zagalas. El resto de la película os la podréis imaginar intentar combatir la amenaza zombie castor. El añadido curioso, por decir algo, es que si un zombie castor te araña o muerde, te transforma en zombie pero con cualidades de castor... el desparrame.

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Ya veis que el argumento de la película es para mear y no echar gota. Un auténtico despropósito.
Las escenas y los clichés típicos de este tipo de películas los vas a encontrar por todos los lados. Vísceras amputaciones, gritos, rubios/as torpes, sustos... sabéis de lo que hablo. Todo eso con el ingrediente estrella, unos muñecos en forma de castor que da pena solo ya verlos.
Terror no hay por ningún sitio y risas... creo que la media que solté fue en parte por la falta de sueño que me hacía desvariar.
Los efectos especiales no merecen ni la mención, hablemos de los actores. Actores qué actores? Jajajaja. Madre de Dios. La interpretación es delirante. Las universitarias se apoyan en decir soeces, con eso ya creen haber cumplido. Hay una situación completamente rocambolesca que se da cuando estas mozas están tomando el solo junto al lago, una de ellas en topless. De repente aparece un oso a la otra orilla y aparte de asustarse todas ellas, lo que es normal, la que va enseñando las domingas, se las cubre con el brazo... eso si que son técnicas de supervivencia, el super poder del pudor. Por otro lado, las parejas de éstas, los chicos, van de tonticos pero creo que realmente lo son. A todo esto le sumamos una historia de cuernos entre ello...s para darle un toque... no sé ni como llamarlo. Actores que no tendrían cabida ni el la función de teatro de la guardería de la esquina.

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Voy a destacar una cosa que me ha gustado. Son los dos operarios que trasladan el material radiactivo, o lo que sea, que hace que los castores se vuelvan unso comecerebros. Jajajaja muy curiosas las conversaciones tanto del principio como del final que son cuando aparecen. Conversaciones sin sentido o con todo el del mundo. Todo un puntazo.

Espero que si alguien la ha visto o la ve, pueda dar su opinión aquí en los comentarios, quiero saber que siente una persona al ver semejante cúmulo de absurdos depoorpósitos.

Un saludo y nos leemos.

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