Concurso de relatos #Club12 | Disfórico

Desde una ventana, contempla una casa, ahí entra una corriente de aire, como si una mariposa aletea calma en su húmedo rostro.

Hoy, derramé lágrimas, fluían como río, ¿por qué si asistí a la reunión donde mis padres se citaron con la muerte estoy vivo? ¿Para qué vivir con un puñado de dolor y preguntas existenciales? No encuentro sentido a esto, siento culpa por mi ingratitud hacia ustedes, pero ya no puedo ser hipócrita, mis demonios empeoraron ¡por dentro soy cadáver! Las voces dormidas del pasado reaparecen, es una pesadilla, lloro por motivos que desconozco y termino lastimándome.

¡Cuánta carga llevo!

Dejé de ser feliz, existen días sombríos, lo único que deseo es el cese de todo, estoy frustrado, represento mi propio obstáculo, siento que un titiritero maneja los hilos de mis pensamientos. Hay algo jodido en mí, de pronto emociones negativas se disparan, nublando mi cordura, me siento como tren que pierde su carril.

Ya el cannabis no calma mi ansiedad, ¡solo me hace flotar entre la mierda por un tiempo corto, para luego hacerme caer y sumergirme en ella hasta el cuello! He dejado que todo me afecte.

Sin embargo, alucino que alguien me salva, cambia lo que está estigmatizado en mi cerebro con posibles soluciones de alivio.

Aunque camino en un laberinto, dejé de suplicar a Dios, yo puedo decidir cuándo ser él, y conseguir el camino; anhelo cambiar el final de mi historia.

¿Saben? Ella me visita todos los días sin importar la hora, nuestro encuentro es en esta antigua ventana; llega como el viento, silenciosa imitando pasos de un gato ¿Spencer, estás? Siempre estamos el uno para el otro, permanecemos mirándonos fijamente, cuando no quiero levantarme, ella muy sutil entra y se acomoda en mi cama.

Son las 3:00 a.m., tuve un sueño, me llamaba; su voz me guiaba al cuarto de herramientas, abrí la puerta buscando saber qué hacía ahí y entendí el motivo., Nuevamente regresé a mi habitación, en ese extraño sueño me vi arrodillado, creo que hablaba con mis padres, luego tomé una hoja de mi escritorio, escribí algo. Me vi pensativo, no logré leer el mensaje, pero sentía tristeza por lastimar a las personas que me quieren, y desperté llorando.

¡Si volar significa el fin, entonces que se desplieguen mis alas!

— ¡Spencer, hijo, el desayuno está listo! ¡Levántate, tienes clase de música! ¡¿Spencer?! ¡Oh, Dios mío, hijo no! —dice y grita una mujer, ahogada en llanto.

— Un joven de 17 años, decidió quitarse la vida, las autoridades explican que el hecho ocurrió en horas de la madrugada. Su tía quien lo crió junto a su esposo, encontró al adolescente colgado frente a una ventana con los ojos hacia una casa; una cantidad considerable de alambre adornaba su cuello, y una nota en el bolsillo, planteaba ideas desesperadas que solo él sabía en qué momento ejecutar. Al final de su nota cerraba con: "Tíos perdónenme por buscar paz, ELLA es la muerte".— Fin de la noticia,