Al terminar de subir las escaleras vio que la puerta del cuarto de Lucia estaba teñida de una tonalidad morada opaca, se notaba claramente que había perdido su forma y justo antes de llegar a la puerta del cuarto de huéspedes se detuvo en seco diciendo –No pienso avanzar un centímetro más antes de que me digas ¿Qué demonios pasó aquí?-.

-El don de Lucia es… No sé cómo explicarlo, es una especie de energía que derrite todo a un radio de distancia de ella ¡Literalmente exploto y derritió su cuarto! Expulsa destellos de luz morada de sus manos y ojos-.

-¿Cómo has logrado controlarla?-

-Desde la madrugada le he aplicado dosis fuertes de morfina, pero inicie dándole una inyección a las 3:30 am cuando la encontré y a las 4:30 am ya estaba comenzando a emanar luz, así que aplique otra inyección pensando que sería cada hora. Para mi sorpresa a las 5:20 am me quemó la mano cuando estaba a punto de colocarle la inyección, por lo que pienso que está haciendo una especie de resistencia a la morfina y ya no sé qué hacer, en 20 minutos le toca la otra, pero igual tengo a Thomas adentro verificando si no la necesitará antes-.

Ruper indagó en su mente y recordó un caso similar en su familia –Hace 4 siglos pasó algo parecido, Agatha fue la primera Bach que recibió el don de la familia, no era derretir cosas como Lucia, ella controlaba objetos con su mente, algo parecido a lo que hoy se conoce como telequinesis, podía elevarlos, comprimirlos, estirarlos y todo aquello que quisiese, por lo que en aquel entonces fue considerada una bruja. Intentaron en ocasiones atraparla pero su don era tan poderoso que cualquiera a menos de 10 km de distancia, ella podía percibirlo y destruirlo. La familia era la única que podía acercarse y fueron ellos lo que pudieron matarla, Kate. Si no hacemos algo rápido Lucia deberá morir.

-Ella no es mala, no quiere hacerle daño a nadie, solo no sabe controlarlo. He pensado llevarla al consultorio de una amiga, es neuróloga y ella sabrá cómo ayudarla- dijo.

-En el momento que sepan que es, le tendrán miedo Kate, la trataran como experimento y la tendrán en un coma inducido, algo parecido a lo que estamos haciendo pero con torturas.- Era Thomas que había salido de la habitación unos minutos atrás y volvía- Lo siento si doy mi opinión, solo venia de buscar la morfina, ya casi es momento de inyectarla.

-Es la única opción que nos queda Thomas, mientras aun tenga efecto la morfina quedarnos a pensar no es buena idea- Kate lo miraba con tanta desesperación, se sentía frustrada al tener que pedir opiniones, siempre fue independiente de todos, pero esta vez no podía cometer más errores, la vida de Lucia estaba en juego.

-Tengo una idea mejor- tanto Kate como Thomas voltearon la mirada hacia Ruper para escucharlo- No somos la única familia que hereda dones, claro está, no lo hacen publico igual que nosotros. En todo lo que llevo de vida solo conocí a una familia parecida a nosotros, sus dones son heredados tanto a hombres como mujeres y es un gen poco común que se da en algunos ejemplares de la familia. Los conocí en un viaje a Irlanda a mis 30 años de edad, me topé con un chico de aproximadamente 10 años que cambio el color de sus ojos de gris a rojo cuando tropezamos en el aeropuerto, sus padres al ver mi cara decidieron invitarme a su casa y me explicaron su situación, además de pedirme total discreción, yo les comenté el caso de mi familia y mantuvimos contacto por todos estos años-.

-¿Qué familia es esa? ¿Cómo podemos encontrarlos? ¿Crees que puedan ayudarnos?- las constantes preguntas de Kate hicieron que Ruper se aislara mentalmente mientras recordaba el nombre y la dirección de la familia.

-Son los Moore, hasta donde tengo entendido mi amiguito de 10 años, Archibald Moore, ya tiene 65 años y tiene un nieto que para su sorpresa heredo un don muy difícil de controlar. Adam Moore con tan solo 5 años tuvo que aprender a lidiar con un don tan destructivo como el de su abuelo, él podía controlar con la mente a las personas, cambiar sus sueños, sus metas, cambiar sus emociones sin siquiera mover un dedo. Cuando sus ojos cambiaban de color, su don estaba trabajando. En ese instante que nos tropezamos Archibald estaba intentando hacerme daño en la mente y lo estaba logrando, por eso sus padres entendieron el gesto de mi cara en el aeropuerto-.

-Él puede ayudar a Lucia. Si la ayuda a controlar sus emociones puede controlar el don. Pero ¿Dónde puedo conseguirlo?- Ya Kate estaba dirigiéndose a la habitación cuando Ruper la agarro del brazo para detenerla.

-No es sencillo lidiar con ellos, sus dones son más poderosos, pero puedo intentarlo. Soy partidario de que le apliquemos el té a Lucia, ellos viven en Irlanda e ir en un avión con tu hija en esas condiciones es imposible.- Mientras la soltaba y con sus dedos se hacía masajes en las sienes completo la idea- Sé que es peligroso dar el té a una edad avanzada, pero no tenemos opción, no existe nada más fuerte que la morfina actualmente y no podemos contar con que tu hija no explotará el avión.-

-No voy a dar de beber esa basura a mi hija tío, su poder es controlable lo sé, pronto demostrare que no es necesario tener dopadas a las mujeres de nuestra familia por sus temores.-

-¿Todo esto es un intento tuyo de demostrarnos que estamos equivocados? ¿Te has puesto a pensar en lo que tu hija está sintiendo en este momento?-

-Vi como ese maldito té acababa poco a poco con la vida de Louisa, vi como sus lágrimas eran derramadas de su mirada vacía, su dolor ¡Jamás permitiré que mi hija pase por eso!-

-No estamos hablando de un don controlable Kate, esto está totalmente fuera de control, en cualquier momento Lucia puede ser como una bomba atómica para nosotros y tú solo pensando en su bienestar ¡Puede destruir la ciudad y quien sabe hasta dónde puede llegar! En este termo llevo un poco del té, mantendrá a raya a Lucia mientras la llevamos a donde los Moore.- Ruper sacó de su bolso de viaje un termo de color azul y lo dio a Kate con una mirada retadora.

Kate se puso contra la puerta, para evitar que su tío entrará a la habitación, pero al hacerlo pudo sentir el calor que esta desprendía y tartamudeando dijo- La hora… Lucia… Es demasiado tarde… ¡Ha despertado!-