EN MATEMÁTICA NO ES POSIBLE “COMPROBAR”, ¡SOLO VALIDAR!

Si bien es cierto que la regla de oro de la filosofía es la especulación, la elucubración, y la regla de oro de la ideología es el circunstancialismo, la coyuntura de poder (en macro o en micro), la cotidianidad, pues también resulta claro que la correspondiente a la ciencia es la comprobación, la objetivación.

En el mundo de la ciencia, todo aquel conocimiento que se maneja en el tortuoso trabajo de investigar la realidad, tiene que confrontarse con la terca realidad objetiva, de cara a determinar cuán acoplados -o cuán desacoplados- están ambas dimensiones (las ideas que brotan de lo indagatorio, y los hechos reales).

Bien… Vale la pena preguntarse: ¿Qué ocurre con el contexto de la matemática?

Claro está que en la matemática, a diferencia con las demás ciencias, no se manejan directamente hechos reales sino ideas-signos; es decir, en matemática la materia prima del trabajo creativo es de carácter abstracto y semiótico… Distinto al trabajo creativo de las otras ciencias, el cual es real, fáctico (fenómenos naturales, relaciones sociales). Claro, por vía de excepción, hay ciencias cuyos objetos reales presentan inaccesibilidad de tratarlos “en vivo” y entonces se impone la misma suerte de la matemática, de manejarse solo con ideas y signos. En la astronomía, por ejemplo, se dan casos en los cuales la cosa es así –habida cuenta la lejanía que con nosotros guardan los objetos “reales” que estudia-.

Entonces, si tenemos claro que es la realidad objetiva el ente que marca el alfa y el omega de todas las ideas-signos con los cuales la matemática trabaja, pues resulta comprensible que ingenuamente hablemos de comprobación cuando “cuadran las cuentas”, pero, bien visto el asunto, tal criterio de cientificidad no es procedente. No es procedente toda vez que las ideas-signos se validan lógicamente; no se verifican objetivamente. Por lo tanto es mejor hablar de validación; sí, de validación lógica.

En matemática no se comprueba objetivamente; se valida lógicamente.

No se trata de juego de palabras; se trata de tener perfectamente claro que la matemática tributa a la comprensión de lo real (y hacer proyecciones y virtualidades en base a esto) a través de signos abreviados ¡y con propiedad metodológica! Se trata, pues, de clarificar que esta ciencia jamás funda ella misma su objeto, sino que viabiliza el entendimiento del objeto real a punta de lógica (validable)... A punta de signos… A punta de abreviaturas… A punta de ordenamientos cognitivos (susceptibles a ser validados).

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TEXTOS DE APOYO:
-Barrow, John. Por qué el mundo es matemático. Grijalbo Mandadori. Barcelona, 1997.
-Desanti, Jean-T. Las idealidades matemáticas. Entrevista de Maurice Caveing. Epistemología. Ediciones Martínez Roca. Barcelona, 1974.
-Moreno, Alexander. Fronteras Vivas entre Ciencia, Filosofía e Ideología.
https://drive.google.com/open?id=1mL_yEyiBHnGgPDwl0AyL1X9xSxZaBmFd
-Núñez Tenorio, J. R. Introducción a la Ciencia.
https://es.scribd.com/doc/68391995/Introd-a-la-Ciencia-Nunez-Tenorio
https://pixabay.com/es/vectors/ardilla-leyendo-libros-sorpresa-304021/