El gato negro

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Dulce criatura,

tierna bestia,

poderoso animal.

Tus miradas,

tus rasguños,

tus besos de mordiscos,

lo dicen todo,

eres fiel,

pero,

infiel a la vez.

Te posas,

con tus patas,

y tus,

enormes garras,

sobre mi corazón.

Allí duermes,

tranquilo,

sin miedo alguno,

pero yo,

no puedo decir lo mismo.

Contigo,

he conocido una palabra,

una palabra a la que,

llamaré,

temor.

No te quiero más,

junto a mí,

pero no pareces,

quererte ir.

Vete,

por favor,

me das miedo,

ya basta,

¿qué haces?

No me veas con esos ojos,

aléjate,

aléjate,

aléjate...

...