Cartas a Charlotte - Parte 1

La mesa vacía y la casa sola. Un gato pasando sobre mis hombros ocasionalmente mientras el té se enfría sobre la ventana; por poco me quema. El pequeño animal empatiza con mi soledad. Creo que sabe que el silencio después de tanto ruido es mortal; y las lágrimas brotan sin control. Hay ausencia de risas, de sonidos, hay un no sé qué que me hace sentir muy sola.

Me siento sola, Charlotte. Por alguna razón el mundo se siente tan lejano desde que me fui... Recuerdo que, usualmente disfrutaba de mi soledad; mi música, mi cuarto, mis baños largos. Disfrutaba de estar un poco más desnuda que antes, sin el ruido de voces. Sólo los pájaros cantando de fondo, uno que otro auto pasando ocasionalmente y la música sonando lo suficientemente alta como para callar mis pensamientos. Cuando estoy sola, no sobrepienso tanto, es extraño ¿no?, todo se da a raíz del ruido, de exceso de sonidos. Es como si mi mente codificara el ruido en estrés.

Pero la soledad se codifica en silencio.

Soy bastante asocial, lo reconozco. Cuando consigo un alma con quien compartir mis pesares, me cuesta dejarla ir así sea a unos metros de distancia y a unos dias de diferencia. A mí nunca me dolió tanto despegarme de mi familia, fue muy fácil marcharme. Incluso, fue más sencillo dejar la ciudad y empezar de nuevo, con nuevas personas. Pero cuando cuentas con unos recursos limitados y una puerta cerrada al frente tuyo, la música suena incluso preocupante. No sabes qué podría pasar en la soledad.

(Rayos, se me enfrió el café escribiendo esto)

Yo sé que tú ni siquiera entenderías bien lo que te estoy diciendo. Sólo simpatizas de una forma bastante peculiar, ronroneas y pasas tu cara por la mía, como afirmando tu presencia. La verdad si hay algo que he entendido con el tiempo, es que soy una persona que necesita atención, pero eso no significa que quiera estar rodeada de amigos. Soy un poco exclusiva con la atención que me gusta recibir y de quien me gusta recibirla.

Es difícil todo. Ver a la gente emigrar frente a tus ojos, sin saber si algún día volverás a abrazarlos, es incluso más mortal. Porque hay más dificultades por el camino, porque somos seres cambiantes y porque aseguro que la yo de hoy no será la misma de mañana. Todos cambiamos. Somos ciclos, somos momentos, incluso más efímeros que la vida misma. Sé que debo aprovechar la soledad para reinventarme, porque lo necesito. También necesitaré tomar aire, dormir mejor, arreglar mis graves problemas de insomnio y practicar mi instropección.

La escritura constante... Había olvidado que había algo más allá de la poesía o de los análisis. Había olvidado como escribir historias y ser imaginativa. Creo que esta casa me da para imaginarme un montón de cosas, hay madera para muchas cosas. Quiero retarme, ser diferente. Alguna de las otras cosas difíciles es que por ahora, estoy un poco más limitada económicamente a diferencia de las primeras 2 veces que me mudé sola. Dios, hay tantos retos de por medio que sé que una vez que los supere, reiré y me enternecerá mi viejo yo de 20 años. Y por supuesto, entiendo que a la gente le de miedo dar estos pasos... Pero yo decidí retarme por el resto de mi vida, y no quiero caerme en pleno camino.

Gracias Charlotte, porque escuchas mi llanto y corres hacía mí como preocupada, te acurrucas en mi cama y buscas hacerme sentir mejor con tus ojitos inocentes.