La infidelidad es nuestra adrenalina

  Un día como de costumbre voy a mi trabajo y me encuentro que hay una nueva empleada, esta chica es muy sexy y bella. Su pelo rojo, su piel blanca y su voluptuoso cuerpo me han provocado una erección de solo verla. 

Pasan los meses y establezco una amistad con esta chica que me gusta tanto, solo sé que quiero llevarla a mi cama y hacerla mía, pero hay un problema: ambos tenemos parejas. En ti puedo ver el deseo que sientes por mí y tú sabes que yo te deseo, pero alguien tiene que dar el paso, arriesgarse y sé que debo ser yo, pues estoy cansado de la monotonía en la cama con mi pareja, la amo, pero mi cuerpo me pide sexo salvaje y sin compromisos. 

Me he decidido y te he hecho una propuesta indecente, pues no aguanto este deseo que siento por ti, aceptas y yo siento una gran alegría, y al mismo tiempo, un poco de remordimiento por serle infiel a mi pareja, pero este deseo es más grande que yo y ya no puedo esperar más. 

Te llevo a la habitación del hotel, solo entrar sentimos que la ropa estorba y comenzamos a quitárnosla, mientras nos besamos me dices cosas sucias al oído que solo hacen excitarme más pues sabes que eso me gusta. Vienes y me lanzas a la cama y me bajas el bóxer y comienzas hacerme sexo oral, no te lo he dicho pero esa es mi debilidad y tú lo haces de una manera que nadie me lo ha hecho jamás, luego te tomo y te recuesto sobre la cama y te hago sexo oral a ti pero no me basta y busco un hielo lo pongo sobre mi boca y comienzo a pasarlo por todo tu cuerpo hasta llegar a tu vagina, estas tan excitada que se te eriza la piel y eso solo me causa más placer. 

Te tomo y te acuesto boca abajo y comienzo a penetrarte y me dices que disfrutas mucho que este dentro de ti, en mi no esta hacértelo romántico o suave, pero aquí no hay sentimientos y mucho menos amor, esto es duro y salvaje como si no hubiera un mañana. Me acuesta boca arriba y te sientas sobre mí y comienzas a cabalgarme con un movimiento que me vuelve loco, la adrenalina de esta infidelidad es lo que le da más llama a esta noche salvaje. 

Ver tus ojos en blancos cuando llegas al orgasmo y hacerte acabar es mi mayor sastifacción,en ese momento es cuando yo puedo acabar pues siento que he hecho bien mi trabajo contigo. Al día siguiente nos volvemos a encontrar y solo somos compañeros de trabajo y actuamos como si no hubiera pasado nada, es lo mejor ya que sabemos que solo fue sexo y nada más.