Confianza y Creatividad: los mejores ingredientes para un gran desayuno.

Quien haya leído mi ‘introduce yourself’ sabrá que tengo varias facetas y que estoy en busca de un camino hacia dónde dirigirme con cada una de ellas (porque decidirme por una sola no puedo).

Hoy escribe Maru la emprendedora e inmigrante y siempre siempre creativa.

La verdad es que cuando nos hablan de creatividad, la mayoría suele asociarlo inmediatamente con cosas gráficas, estéticas, algo de arte quizás; pero realmente creo que la creatividad es mucho más que eso, es la capacidad que tenemos para resolver problemas de la cotidianidad, ¿no creen?

Dejar tu casa, tu familia, tu país, no es cosa fácil, pero estoy convencida de que si lo enfrentas con actitud y creatividad, se te hará todo más llevadero. Hay quienes dejan su país en condiciones óptimas (con un plan, un trabajo asegurado, un techo donde vivir) y hay quienes emprenden la aventura sólo con ganas, algo de dinero (indispensable) y una idea, pero tienes que llegar ¡a resolver!. Ahí es donde entra la creatividad y se aplica para todo.

Hace algunos meses vivía en Ecuador, me desperté en un día de esos en los que las dificultades te quitan las ganas de seguir, me acababa de quedar sin trabajo de manera súper inesperada, no tenía para pagar el arriendo y en mi nevera habían tan pocas cosas que me entró un aire de desesperación (y casi depresión), pero rápidamente pasó “algo” y me llegó una vocecita que me dijo “ahómbrate Mariú, resuelve, ¡tú puedes!”; ahí se encendió de nuevo mi actitud positiva e inmediatamente fluyó la creatividad, es como una ola en la que decides subirte o no.

¡Me subí!. Y con las pocas cosas que había en mi nevera decidí hacerme un gran desayuno, pero eso sí, ¡el desayuno que merezco!, sin escatimar. Me asomé por mi ventana, ¡había un día grandioso! y decidí improvisar con una tabla un spot para comer en la terracita de mi casa, mirando la montaña y recargándome de energía (hasta puse una plantita para darme más ánimo).

Sólo tenía mi viejo celular a la mano, pero amo la foto porque es mi recuerdo.

En fin, ese día salí de casa llena de un positivismo con el que contagié a todo mi entorno y así me fluyeron las cosas de forma casi inexplicable; esa misma noche pagué mi arriendo, compré comida y el resto sólo fue un mar de buenas consecuencias.

A lo que voy es: cuando me desperté estaba “destinada" a tener un día terrible, pero mi optimismo, actitud y creatividad me llevaron a tener un gran comienzo, que me terminó como un día maravilloso.