El problema de Venezuela, los venezolanos - Reflexión

Hablamos de una cultura actualmente distorsionada, que ha humillado los años anteriores de gloria, y sus precursores. Un país que dejó de ser nación democrática, y se arrodilló a los pasos del cubanismo, entregando mucho más que su fortuna e incontables riquezas, al precio del mediocre futuro. Porque el resentimiento y la venganza fueron emociones palpables desde la llegada de Chávez al poder, y no podrá decirse de un magnifico gobierno, que haya sido dominado por la iracunda y melancólica idiosincrasia condenada, repetida y monótona entre sus profetas socialistas, como lo es, y lo será siempre, el oscuro antagonismo social, que fervientemente hostiga los corazones y las mentes de los inocentes.

En Venezuela ya no existe el hombre común, sino, el perverso conocido, que a nuestras espaldas apuñala el hogar ajeno, por un marcado pensamiento de penumbra, desdicha y vicisitud. Ciertamente, detrás de las acciones desvergonzadas de tantos y tantos personajes, en su mayoría políticos, el respeto como valor integral poblacional y nativo, se disipó, quedando entonces, lo malamente aprendido, después de horas de comunicados irrelevantes y manipuladores, que intentaban consolidar una ideología basada en un margen inequívoco de la descarada convivencia.

De manera evidenciada, son diecinueve años de desgracia, equivalentes a tres períodos de Chávez, y dos períodos de Nicolás Maduro, que, sin duda, costaron la vida de muchos, el sudor del insensato esfuerzo, la sangre de las heridas aún abiertas, los ojos de quienes presenciaron los actos sublimes, y las voces de quienes gritaron cuando había que hacerlo, hasta ser censuradas en cualquier medio, exceptuando las redes sociales. Nuestro sentido crítico pasó a ser tajante, y las palabras bañadas en dolor, se convirtieron en muestra de una jerarquía opresora.