Reto Venezuela #5: Mi sueño para Venezuela es…

Mi sueño para Venezuela es que se cultive nuestra verdadera esencia, y que el rocío de nuestros amaneceres le den el agua de esperanza para que florezca el verdadero ser venezolano, el auténtico. Que como ave fénix resurja aquel hombre y aquella mujer que con sus manos creaban, que con sus palabras inspiraban y que con sus experiencias guiaban al mejor futuro.

Mi sueño para Venezuela es que las remembranzas y añoranzas se conviertan en solo una pesadilla. Que nuestra realidad sea la de la alegría que tanto nos caracterizó por mucho tiempo, y que la nostalgia que hoy nos impregna el alma se borre, que se aleje de nuestros corazones y se lleve consigo nuestras caras largas y nuestras penas, esas que borraron la sonrisa y la felicidad que abundaba en cualquier espacio donde estuviera un venezolano presente.

Mi sueño para Venezuela es que las tonadas, o cualquier acorde en sí que cante un cuatro, despierten en nuestros corazones el sentimiento nacional. Que ese sentimiento nos inspire día a día a ser mejores, que nos motive a levantar cada ladrillo o escombro de estas rojas ruinas y que llene de fuerza nuestro espíritu luchador, ese que hoy se encuentra desahuciado, desganado…

Mi sueño para Venezuela es que no olvidemos el pasado para hacerlo bien en el presente y así construir el futuro prometedor. Que recordemos todo lo bueno que tenemos, todos nuestros climas, paisajes y riquezas naturales. Que conozcamos nuestro país y aprendamos a quererle de verdad… Que aprendamos de todos los errores cometidos. Que entendamos que estas riquezas son solo producto de un evento natural y que tenemos la dicha de vivir en este espacio terrenal, y que por ello debemos trabajar por lo nuestro. Que realmente abandonemos la idea de creer que somos los mejores por tener el Ávila, y que trabajemos día y noche para realmente ser “los mejores”.

Mi sueño para Venezuela es que erradiquemos la violencia, el odio y el resentimiento. También, que el bien llamado “supracriollo” sea erradicado, así como la falta de educación y la falta de valores. Parte de cultivarnos como nación está en el cultivo de la educación, pues “moral y luces son nuestras primeras necesidades”. Seremos mejores – si es que aún existiera el deseo de sentirse superiores - cuando entendamos que el bien colectivo es realmente importante y necesario, que no está mal pensar en los demás de vez en cuando, que podemos sumar si todos aportamos el granito de arena. La superioridad la alcanzaremos cuando aprendamos a ser buenos venezolanos.

Mi sueño para Venezuela es que todos puedan aspirar a una vida en su país, y que tener esa aspiración no sea una utopía, algo muy soñado, una fantasía. Que el deseo de hacer crecer a tu país y entregarle tu sangre, sudor y lágrimas sea la aspiración de todo joven que apenas empieza su camino en la vida. Y que la idea de emigrar o hacer una vida en otro país sea una idea tonta, porque “en Venezuela lo tenemos todo”.

Pero mi verdadero sueño, de corazón, es que volvamos a ser felices, honestos, soñadores y creadores.

“Con tu brisa de mastranto, tus espejos de laguna, centinela de palmeras que se asoman con la luna. Aquí me quedo contigo aunque me vaya muy lejos. Como tórtola que vuela y deja el nido en el suelo.

Se me aprieta el corazón no ver más tu amanecer, ni al cimarrón, ni la mata, ni la garza que levanta. Con el cabresto te dejo amarrados mis amores. Gota a gota que te cuente mis penas el tinajero.

Ya tu arestín mañanero no me mojará los ruedos. Ni el humo de leña verde hará que mis ojos lloren. Mañana cuando me vaya te quedarás tan solita, como becerro sin madre, como morichal sin agua”.

Simón Díaz.

Mae Rod.