Ensayo sobre el Reggaeton

Tenía mucha curiosidad sobre cómo iba a empezar este ensayo. Nace de la inspiración de dos personajes. Una que tiene un 99% de inspiración, pues es parte de la introducción, cuerpo y conclusión, ella es mi enamorada. El otro 1% es el título, gracias José Saramago.

Mi deseo y ganas de escribir el ensayo se generó cuando perdí la cordura en una fiesta. Vi bailar reggaetón a mi enamorada. No podía creer lo sexy y coqueta que se veía, el sol a su costado se quemaba, la pista asimilaba un cielo despejado en una tarde de inspiración. Luego ocurrió…

Me percaté que otros hombres también la observaban, no como yo pues ella es mi ángel, sino con deseo. Fue cuando perdí control y tuve que salir a oxigenarme. Mi perla, el sol del sol está siendo manipulada por un agente externo “un acto normal del sistema actual”.

Mi forma de pensar respecto a este género musical siempre ha sido el mismo. No niego que he caído en el morbo y eso es lo que más me duele. Si intento luchar de adentro, me quemo. El amor que mi enamorada me tiene me llevo a transcribir mis sentimientos más iracundos en papel.

Sin criticar a sus músicos, todos sabemos que el reggaetón está hecho para pegarse una pareja a otra. Una pregunta viene ¿Dónde está el respeto a la intimidad? Según comentan mujeres, ellas lo hacen por diversión, pero seguro estoy en que hombres lo buscan por placer.

Verla sonreír y disfrutar una pieza de esta música de forma inocente, para ver como otros hombres ven algo material ¿Cómo? ¡Si se parece al paisaje más hermoso creado el día después que Dios descansó!

Dice Jesús “Quien tuvo pensamientos impuros, ya cometió adulterio en su corazón”. Yo ya lo cometí. Lo hace más sencillo (el reggaetón) el frotar el aparato genital masculino a una pierna de una mujer.

¡Mujer, hombre, despertemos! No solo con la música existe la diversión, la diversión no viene de afuera, viene de adentro. Si lo que sale de ti es la causa de tu mancha, de igual manera lo que sale de ti, dictamina tu felicidad.