Pensar en Grande 2 / Gaudí, Niño Observador

Decía en el anterior compartir que cuando una mente se atreve a pensar en grandezas, las fuerzas celestiales y universales conspiran; parece que activarán los sistemas de atracción y reacción. El rey David en los salmos dice así: “cómo piensa en lo más recóndito de su corazón, así es uno” nuestros niños, jóvenes y todos aquellos que se acerquen al conocimiento, necesitan estos conceptos conocer.

Acerquémonos a una obra maestra en cuanto al impacto social que llega a tener un pensamiento desapegado del egocentrismo. Me refiero al templo expiatorio de la Sagrada Familia en Barcelona España. Por expiatorio se puede concluir que, según las tradición católica – romana, está abierto a la comunidad, donde se puede acceder al perdón de pecados y a la oración permanente.

La basílica guarda en sus memorias la iniciativa de Josep M. Bocadella y Verdaguer, quien funda la asociación de los devotos de San José, donde inician a promover la construcción de un templo del pueblo y para el pueblo, con donativos adquieren el terreno. Le entregan al arquitecto Fco. de Paula del Villar y Lozano. Inicia la obra un 19 de marzo de 1882, día del santo José.

Sin embargo, fue Antonio Gaudí, niño observador de la naturaleza y sus formas, quien se enamora del dibujo y la arquitectura; y debido a esa inclinación innata; se dedica en cuerpo y alma, a plasmar su visión única y excepcional al templo. Lo que hoy existe, él lo diseñó en su corazón, por eso se le llama el “Arquitecto de Dios” no le alcanzó la vida para ver terminada la catedral inclasificable; símbolo del turismo barcelonés.