Una especie de diario con matices ficticios

Nunca he tenido un blog. No sé muy bien qué poner, ni si hay reglas sobre lo que se puede o no publicar, tampoco estoy segura de que alguien lo lea.

Un amigo (muy cercano) me comentó sobre steemit, y lo hizo porque sabe que me gusta escribir, él ha leído algo mío y al parecer le gustó... gente rara en la vida, lo sé. No creo que empezar publicando cuentos sea lo más adecuado. Pero me gustan las historias y no me visualizo escribiendo algo diferente. Creo haré una especie de... ¿autobiografía? ¿diario? al pensar en eso me vienen palabras muy aburridas a la mente. Quiero escribir sobre mi, sobre lo que viví y vivo, pero exagerarlo todo, agregarle "efectos dramáticos".

En general, lo llamaré: una historia basada en hechos reales. Una especie de diario con matices ficticios.

Vivo en Venezuela (todavía) pero no quiero hablar de esa situación ahorita.
Estudio en la universidad pero creo que la dejaré, tampoco quiero hablar de eso ahorita.
Vivo con mis hermanas, mi cuñado y sobrina, mi mamá y mi abuelo.
Mi papá murió... pero de eso tampoco les contaré hoy.

Mi tía Carmen murió la semana pasada. Era una señora mayor que estaba enferma y llevaba mucho tiempo en cama.

La muerte, por lo general, me hace pensar en la vida... en lo que se siente estar vivo, y en lo que uno relaciona con esa sensación. Quiero sentir, porque eso es vivir. Sentir el sol en el rostro, sentir la brisa del mar, sentir el roce de otro cuerpo.

Hablemos de esto, el roce de otro cuerpo. Al decirlo vienen automáticamente imágenes de un hombre y una mujer (o mujer-mujer, u hombre-hombre), imágenes de un roce íntimo y placentero. No negaré que lo sea (placentero, me refiero). Pero quiero contarles de un roce diferente, porque en ocasiones, una mano sobre la tuya (para nada vinculado a algo sexual) implica un sin número de emociones que te hacen sentir especial. ¿Han sujetado una mano muy pequeñita? ¿una mano de alguien totalmente inocente? Una mano que le pertenezca a una persona por la cual morirías para que esté bien siempre, en cualquier lugar... ¿han tenido que soltar esa mano? dije que no quería hablar de situación país pero estas palabras involucran mucho de eso. Así que moveré las cosas, porque todos hemos tenido que despedir personas que nos hacen sentir vivos, de una manera u otra.

No quiero hablar de las despedidas de las personas que queremos, quiero hablar de lo que nos hacen sentir esas personas. Porque a la larga... la consciencia de que estás vivo, es gracia a ellos.

Y gracias a ellos las emociones, se vuelven posibilidad.