CAPÍTULO IV

Cuando por fin desperté me encontraba tirado en el frío piso de celda oscura y húmeda, me estaba helando ya que solo traía puesto mi bóxer y me dolía mucho el cuerpo, de seguro se debía a que me habían golpeado en reiteradas ocasiones. Por suerte no recordaba nada, pero, ¿porque rayos tenía que estar allí?. ¡yo no maté a mi esposa!, pero al parecer eso era algo que los agentes se negaban a creer.

Luego de un buen rato por fin en la profundidad de aquella oscura celda se escuchó el eco abrumador de un objeto de metal cuando choca y se golpea entre sí con otro objeto de metal, eran las rejas abriéndose, dejando de entra un poco de escandecente luz que irritaba mis ojos, eran los agentes que venían dispuesto a hacerme hablar de nuevo, pero esta vez iban a ser mucho mas amables conmigo ya que por las malas no consiguieron nada. Dejaron que me vistiera, bañara y comiera un poco para luego sentarme en una silla con una fuerte luz cerca de mis ojos y me conectaron a un aparato muy extraño que despedía una especie de datos basados en mis pulsaciones, según ellos era una máquina detectora de mentira y aseguraban tener la fórmula para saber si lo que yo decía podría ser verdad o mentira, que lo mejor para mí sería decir la verdad ante todo, y de esa manera comenzó el interrogatorio.

La primera pregunta fue la siguiente.

-¿sabía usted de la desaparición de su esposa? Preguntó el agente mientras aquella máquina no dejaba de hacer ruidos extraños.

-¡si! , si lo sabía , lo que no sabía era que iba a ser el primer sospecho- respondí de forma simple y calmada.

-dice la verdad¡- dijo una agente la cuál supe que era mujer por la voz, ya que la luz en cara no me dejaba ver nada.

-¿ hace apenas unos meses usted encontró a su esposa en la cama con su amante, luego buscó un arma de fuego en su armario y los amenazó con dispararles, ¿ es cierto ?- preguntó nuevamente el agente.

-¡totalmente cierto como usted lo dice, los encontré busqué mi arma de fuego con intención de matarlos a ambos pero no tuve los cojones de matar a esas sabandijas así que bajé mi armas y los dejé ir- respondí tratando de ver al agente a la cara.

-¡dice la verdad!- dijo nuevamente la agente femenina.

-claro los dejó ir, pero eso no quiere decir que luego haya tomado el valor se terminar el trabajo, señor Martín, ¿usted mató a su esposa?- preguntó el agente de forma directa buscando hacerme tambalear.

-¡no! Yo no he matado a mi esposa, al contrario desde que ella desapareció la escucho todos los días en las noches llamándome, gritando mi nombre, eso para mí no es fácil, ahora ustedes entraron a mi casa y comprobaron con sus propios ojos que ella no está allá ya que revisaron muy bien.- respondí sin sudar.

-¡99.9℅ dice que esta hablando con la verdad- dijo la agente femenina.

-¡una última pregunta señor Martín, ¿ sabría usted identificar a alguien que le quisiera hacer daño de alguna manera a su esposa?- preguntó el agente.

-¡ bueno lo último que supe de Amanda fue una discusión que tuvo con su amante, el cual era su nueva pareja, pero vivían peleando, ¡tal vez. . . . tengan a la persona equivocada sentada en esta silla!- respondí sembrando la duda en las mentes de los agentes.

-¡este hombre dice la verdad!- exclamó la agente femenina.

Obviamente había logrado demostrar mi inocencia, pues les había quedado claro que yo no maté a mi esposa, así que, no tuvieron otra opción que dejarme ir.

-no salga de la ciudad señor Martín, tal vez queramos hacerles nuevas preguntas muy pronto- dijo el agente antes de liberarme.

Me sentía tan bien saliendo de aquella horrible comisaría, pero mi sonrisa se borraría automáticamente de mi rostro cuando abrí la puerta y pude ver a un montón de personas gritándome - ¡¡¡Asesino!!! - y exigiendo justicia con carteles en manos que decían "justicia para Amanda" , "Martín Asesino" y muchos de ellos querían golpearme, también me arrojaban objetos, ahora la misma policía que me golpeaba, eran los que me protegían para evitar que me lincharan.

Bendiciones

_{Se despide @familiatorrealba, hasta una próxima oportunidad}