AGROTURISMO si deseas descansar en #TopFamily. Lunes: CONOCIENDO MI PAIS

¡Hola amigos! Es un gusto poder saludarles y expresarles mis deseos por que se encuentren bien y estén iniciando una nueva semana con mucho ánimo y entusiasmo, luego de un fin de semana reparador.

Hoy quisiera compartir con ustedes unas imágenes que tuve oportunidad de capturar durante unas vacaciones que disfruté con mi familia en la ciudad de Mérida. Salía de una temporada laboral sumamente exigente por la diversidad de cambios que se estaban realizando en los perfiles del personal de la institución donde laboraba, y su sistema de remuneración. La jornada laboral durante duraba entre 12 a 16 horas continuas pero, ya estábamos dentro del período vacacional así que sólo había que terminar el trabajo para comenzar a disfrutar de unas bien merecidas vacaciones.

Ya tenía escogido mi destino: la ciudad de Mérida. Con boletos en mano, salí rumbo a mi querida ciudad al día siguiente de terminar mis labores. Llegué a casa de mi hermana y tardamos muy poco en escoger qué lugares visitar para buscar paz, tranquilidad y diversión. Escogimos reservar, por un fin de semana, una cabaña ubicada en un Complejo Agro Turístico en la zona conocida como Santa Rosa.

A tan solo 20 min de la ciudad, encontramos un remanso de tranquilidad que tanto deseaba para liberar el estrés acumulado recibiendo las energías naturales que brindaba el lugar a borbotones. La cabaña, ubicada a unos pasos de las siembras de papa de los dueños del lugar y de las instalaciones de los juegos infantiles y recreativos que disponen para las actividades que realizan los fines de semana.

Teníamos a disposición todo el lugar para recorrerlo a nuestro gusto y disfrutar de la naturaleza local subiendo y bajando una cuesta por la que transitaban algunas vacas del lugar, acompañados de un buen sol matutino y la neblina vespertina que traía, más tarde, al frío.

Pudimos disfrutar de un par de caminatas en la mañana a las instalaciones de Progal, perteneciente a la Universidad de Los Andes, donde preparaban variados y deliciosos quesos madurados que podías adquirir a precios accesibles. Un paseo para disfrutar de las hermosas vistas del entorno andino, la vista del Pico Bolívar, las hermosas casas vecinas y la experiencia de volver a subir por calles empinadas que te dejan sin aire.

Una visita que siempre recuerdo por esa vivencia, desde otra perspectiva, de la ciudad de Mérida, que espero poder repetir algún día.