Era una semana muy agitada del mes de diciembre y el estrés estaba muy fuerte para mí cuando de pronto se acerca el amor de mi vida y me dice vamos a dar un paseo vámonos a la playa no lo pensé dos veces porque me pareció buena idea necesitaba relajarme y disfrutar el compartir de la naturaleza y que más emocionante que escuchar el sonido del mar.

Emprendimos nuestro viaje y me llevo a ese maravilloso Parque Nacional Morrocoy primera vez que yo iba y al ver esa belleza de mar tan claro con una arena como si fuese un desierto y a lo lejos se ven como unas pequeñas isla era fantástico, caminar y caminar por esa arena tan suave que acariciaba la planta de mis pies y sentir lo caliente del sol para poder llegar al mar que apenas cubrían mis pies y a medida que iba caminando el agua iba cubriendo mis piernas y al ir llegando a esas rocas con plantas es como si fuesen cubiertas de musgos o simplemente plantas marinas y al sentarme en las rocas al mojar mis pies a lo lejos veía ese bello cielo entre azul y el amanecer que hermoso paisaje me sentía como en las nubes.

Me acosté en la arena y el agua rosaba mi cabello y mi cuerpo se sentía tan frío, me relajaba y a pesar que era muy poca en la orilla sentía su sonido entre mis oídos.

El amor de mi vida me llevo a caminar hacia lo profundo y mientras más caminábamos el paisaje se iba poniendo más hermoso, la arena me masajeaban los pies y de pronto llegamos a un sitio donde se veía un lindo arrecife, porque la naturaleza es tan hermosa y relajante llena de ensueños y lugares que enamoran para disfrutar de una hermosa paz mental y la tranquilidad de nuestras mente y cuerpo, tan solo contar esta bella historia en tan pocas líneas me relajo mi mente y cuerpo, hay que disfrutar el momento en cada paisaje de nuestras vidas.