Una imagen, una historia

Al jardín de la casa de mi abuela llegaban muchas palomas y pajaritos porque ahí tenía un tanque de cemento que siempre estaba lleno de agua, también en ese jardín caían de los arboles las guayabas, naranjas, mangos, que era la comida favorita de estos animalitos. Estas aves se sentían a gusto en este jardín que a veces entraban hasta la sala de la casa de la abuela y luego se marchaban.

En una oportunidad llego la hija de una vecina de viaje, tenía más de 5 años que no visitaba la ciudad, como le tenia mucho aprecio a mi abuela fue y la visito con su hijo, tenía 6 años de edad, José era un niño muy inquieto, todo tocaba y todo preguntaba. Al ver que en el jardín de mi abuela había muchos pajaritos comenzó a correr detrás de ellos para alcanzarlos, pero ellos volaban ágilmente resguardándose en los árboles más altos.

Siendo un niño que acostumbraba hacer maldades, una tarde cuando su mamá se encontraba descansando, fue a casa de mi abuela y sin pedir permiso fue hasta el jardín para volver a espantar las aves que allí se encontraban, todas al ver que este niño se encontraba, no bajaban de los arboles en su presencia, esto le molestaba a José que comenzó a lanzarles piedras.

Mi abuela muy molesta le dijo: José no le lances piedras, sino esta tarde te va a espantar el rey de las aves y no te dejara dormir por su fea apariencia, José con su cara de sobrado, se reía de mi abuela y seguía lanzándoles piedras. Mi abuela espero que yo llegara del trabajo, y muy triste me conto lo sucedido, le dije tranquila abuela, esta tarde casi al comenzar la noche le daré una lección.

Aproveche que José aun se encontraba en el jardín y fui a mi cuarto y busque aquella mascara terrorífica que había realizado para un acto de teatro de la universidad, tenia forma cadavérica de la cabeza de un ave, y muchas plumas negras, recuerdo que con esa mascara recibí muchas felicitaciones porque realmente asustaba.

Cuando ya eran casi las 6:30 pm estaba comenzando oscurecer, José no se quedaba tranquilo, corría a toda velocidad con aquellas piernas agiles que tenía, detrás de las gallinas, en un momento se canso y se sentó debajo de un árbol, cuando yo me puse detrás de él y le dije: José, dejas las aves en paz, sino te llevare conmigo al mundo de las aves, José en curiosidad de ver de donde salía aquella voz tenebrosa, voltio la mirada y quedo sin palabra, su cara fue cambiando poco a poco a susto.

Al final salió corriendo abrazando a mi abuela, le dijo que no quería hacerles daño, solo jugar entre sollozos, mi abuela le dijo, lanzarles piedras no es un juego, las puedes maltratar, José se disculpo y se fue a su casa, al día siguiente fue a visitar a mi abuela, pero no fue al jardín, solo se quedó acompañándola.

Esta es mi participación en el concurso que promueve @franyeligonzalez, invito a participar a @yamelis21 y @lanegra2804, aquí te dejo el link para mas información.