DÉCIMO QUINTO CONCURSO DE ESCRITURA Y PINTURA //MI PARTICIPACIÓN: CONCURSO DE ESCRITURA// CATEGORÍA: CUENTO

Hace algún tiempo, no muy lejano. Una chica cuyo nombre era Estrella caminaba con sus zapatos en las manos a la ciudad más cercana del pueblo donde había nacido.

Muchas fueron las horas de camino cuando se vio impactada con muchas luces y edificaciones, tantas que parecían un sueño del que no quería despertar.

Nadie la esperaba, no sabía dónde ir, su corazón se aceleraba por miedo y por la alegría de haber logrado su objetivo (llegar a la ciudad).

Entre el frío y a la luz de la luna paso la noche, el cansancio le cerraba los ojos, pero la soledad le decía que debía estar despierta.

Al salir el sol, justamente en el lugar donde había pasado la noche, una edificación moderna rodeada de un agua que parecía dorada ve un anuncio “se solicita chica para trabajar”.

La joven arregló con prontitud su cabello, sin que nadie la viera se lavó la cara, retomó la energía de la caminata y se presentó:

-¡Buenos días!
-Buenos días Sta.
-Vengo porque quiero trabajar.
-Muy bien y ¿cuál es su nombre?
-Estrella.
-Y qué sabe hacer.
-Iluminar.
-¿Iluminar?
-¡Si! Iluminar, mi madre hasta el momento de morir me decía: “Eres luz en mi vida”.
-unnnn (El señor de la tienda se quedó pensando)
-(Estrella retoma la conversación). Se cantar, barrer, cocinar, dar recados. Nunca me rindo.
-¿Sabes?, eso último es lo que más me gusta. El empleo es tuyo. Eres la viva imagen de la modernidad inmersa en la naturaleza que le es vital.

Con una sonrisa llena de frescura y transparencia la joven muestra su gratitud. Quizás sin entender las palabras de aquel hombre, pero sabía que la clave era no rendirse.

Y desde entonces en aquella cabeza pueblerina resonaba el hecho de ser “viva imagen de la modernidad inmersa en la naturaleza que le es vital”. Y “No rendirse”.