La humildad
La vida del ser humano puede ser vista desde varios componentes que la conforman como son lo intelectual- cognitivo, lo emocional, el aspecto físico y el espiritual. Desde el enfoque espiritual la humildad forma parte del desarrollo del ser, puesto que es un valor que adquirido por la persona, le permite relacionarse con su entorno y con otros, desde un punto de vista apartado de actitudes individualistas, con una consciencia de sí mismo y de sus relaciones.
Contrario a lo que algunos creen, la humildad nada tiene que ver con posición económica o académica.
Las personas que poseen la virtud de la humildad reconocen sus aspectos positivos y sus debilidades; comprenden que las demás personas también las tienen, razón por la cual se manifiestan de una forma empática en sus relaciones, evitando establecer juicios.
Lo contrario de la humildad es la soberbia, la persona orgullosa o soberbia desarrolla creencias de superioridad y las expresa en su actitud. El humilde, como conoce que todos tenemos nuestro “talón de Aquiles” no manifiesta este tipo de comportamiento, al contrario se inclina hacia la sencillez y comprensión.
Soy creyente de que la humildad se puede desarrollar, y hacerlo es un paso adelante para ganar el cielo, y no me refiero a un punto de vista religioso, sino metafórico, “estar en el cielo” en el sentido de estar en paz consigo mismo y con los otros, despojándonos de máscaras de superioridad que muchas veces encierran un dolor interno y permitiéndonos disfrutar de la vida y de las relaciones humanas con fluidez y autenticidad.
La persona se ve influenciada por factores genéticos, de crianza y formación y las experiencias que a lo largo de su vida va teniendo, sin embargo la elección de su respuesta ante el mundo, es su responsabilidad. Acá es donde deseo enfatizar que la humildad puede adquirirse en la práctica. Particularmente yo me formé en un hogar donde el orgullo es muy arraigado y a través del estudio y experiencias vividas, podemos denominarlas “los golpes de la vida”, desde hace tiempo me encuentro en un proceso de aprendizaje de la humildad como uno de los valores que rijan mi existencia.
A propósito de lo planteado, todo tiene su “pero”, hay medios, por ejemplo el empresarial, donde la competitividad es fuerte, en el cual las personas humildes pueden ser calificadas como poco audaces, o incompetentes, esto último suele suceder porque no andan promoviendo sus acciones con un fin particular, ni para ganar fama o prestigio antes sus supervisores. Sus acciones no están orientadas para recibir reconocimiento, y si lo obtienen son agradecidos.
Conocen de la importancia de saber dar y saber recibir. Quien no sabe recibir debe revisar su cognición de “no merecimiento” o de “no necesito de otro”, esto es contrario a la humildad.
En algunos contextos la soberbia es considerada como fuerza y poder y los individuos la proyectan ganando adeptos aparentes, aduladores, personas inmaduras con baja autoestima que consideran que mientras más recia una persona más sabe o más puede. La humildad en cambio está sustentada en valores más supremos como el amor a sí mismo y al prójimo. Trabajemos en pro de la humildad, recordando que aunque tenemos fortalezas, también así vulnerabilidades.
Felicito la iniciativa de traer este tema al concurso, en un mundo que cada vez nos demuestra que debemos contar con valores como la humildad. Muchas gracias por leerme.
Hola muchas gracias por participar, es bueno verte. Excelente participación. Saludos!! :)
Gracias franyeli por leerme, deseo que continúes cosechando muc hos éxitos.
Buena redacción y participación en el concurso! Amiga @ellieth , veo que eres psicóloga , soy amante de la psicología y espero graduarme en los próximos años , saludos y bendiciones
Felicidades por escoger una de las mas bellas carreras del mundo. Muchos éxitos.