Hola mis amigos de Steemit, les envío un saludo enorme y un abrazo afectivo deseándoles una semana llena de prosperidad, salud y buenas energias.

    Escribir en Steemit ya es una costumbre de hace más de dos años, pero escribir sobre lo que haces a diario y cada cosa que te sucede es otra cosa; desde que crearon el juego del diario se nos hizo costumbre tomarle foto a todo y donde quiera que vamos es lo único que pensamos.

    Mi familia muchas veces me pregunta que porque le tomo foto a todo ahora y hasta se ríen de mí y de lo que invento, pero eso es bueno, reír es maravilloso, entonces si todo esto genera buenas energias en el ambiente pues lo seguiré haciendo por siempre.

    Ya estamos en el dia 10 de la segunda temporada de juego del diario y ya muchos se preparan para hacerlo mucho mejor, detrás de todo esto hay un equipo de trabajo maravilloso que anuncia con bombos y platillos lo maravilloso que será los 1000 días del diario. Se imaginan 1000 días, guaoooo, eso será estupendo.

Un viaje a Caracas sin los objetivos logrados.

    Les cuento que me fui a Caracas el día sábado, ya tenía muchas cosas planeadas y una lista enorme de cosas por comprar, pensé que todo iba a estar abierto pero no fue así, apenas me bajé del carro de mi esposo en la Hoyada noté que todo estaba cerrado, seguí subiendo hacia la Plaza el venezolano pero la cosa era igual o peor.

    Entre más avanzaba por las calles donde normalmente el comercio es activo a pesar de la pandemia, me di cuenta que el viaje y todo lo que había tenido que pasar para poder llegar había sido en vano. Desde que comenzamos a subir de Guatire conseguimos muchas alcabalas de la policía y la guardia nacional, creo que nunca había visto tantos puntos de seguridad en la vía, ni siquiera en tiempos de elecciones o en temporada de carnavales o navidad.

    Pienso que por un lado es bueno pero por otro es difícil poder pasar fácilmente sino tienes el salvo conducto a la mano. La parte más difícil fue en el puesto de seguridad en Terrazas del Ávila donde el guardia nos iba a devolver, pero rápidamente le dije que yo lo único que iba era a comprar unas telas y bajábamos enseguida. Le puse mi carita triste y me dejo pasar.

    Eran apenas las 10 de la mañana y los policías habían mandado a las tiendas a trabajar a puerta cerrada, en la tienda de telas del Castillo que era la única que conseguí abierta tenia a la gente afuera en la calle esperando para poder recibir un número y así poder pasar. Aunque yo hice mi cola, no tuve la suerte de obtener el número, cuando eran las 11 de la mañana tome la decisión de irme a dar una vuelta por la plaza Bolívar para ver cómo estaba eso y así traerles unas fotografías del centro de Caracas.

Un recorrido lleno de recuerdos

    Comencé mi recorrido por la esquina "La torre" allí se encuentra la famosa Catedral de Caracas y llegas a la Plaza Bolívar, mientras observaba con detenimiento como se encuentra todo hoy en día se movían en mi muchos recuerdos hermosos de mis tiempos cuando trabajé en cada una de esas esquinas, las cosas que me sucedieron, la gente conocí y toco cuanto ha cambiado cada cuadra y cada lugar. Por supuesto para mejor, definitivamente todo está muy bonito y bien cuidado.

    La plaza esta verde y le están haciendo unos arcos, algo así como jardines colgantes, yo no había visto eso en ninguna parte, creo que la plaza Bolívar de Caracas es la mejor y la más bella del mundo, quien quiera que la haya diseñado puso todo su amor y su arte en ella.

    A la plaza nadie puede pasar, en cada entrada se encuentra un precinto de seguridad que te impide el paso, mientras tanto puedes ver a los obreros y jardineros arreglando cada detalle. Eso ha sido lo único bueno de esta pandemia, la naturaleza es la que está recibiendo la bendición de poder estar tranquila y libre de tanta contaminación ideada por el hombre.

    Cuando me tocaba prestar servicio en la plaza no permitía que nadie le faltara el respeto, por allí nadie vendía nada ni mucho menos pasaba con paquetes o carretas grandes. Si había alguna ofrenda floral y en ese momento se entonaban las notas del himno nacional todo el mundo se paraba y se quitaba la gorra o el sombrero en respeto a nuestros símbolos patrios y al padre dela patria Simón Bolívar.

    Antes existía mucho respeto y eso definitivamente provenía del hogar; era costumbre ver a unos señores de palto y corbata quienes retiraban una silla en la alcaldía de Caracas que se encuentra en frente a la plaza y se sentaban toda la mañana o la tarde a leer su periódico o hablar entre ellos.

    Allí conocí al señor Araujo y al señor Arias, ambos de la Pastora, uno era fotógrafo de la plaza, de aquellos que tomaban esas famosas fotos instantáneas y el otro era jubilado del Congreso nacional. Ambos eran muy educados y hablaban mucho de los patiquines de hoy en día y de las lindas damas de antes.

    Para finalizar mi recorrido e irme a buscar a mi esposo que se encontraba esperándome en el puente de la avenida Fuerzas Armadas, me fui hacia la plaza el venezolano, de verdad que está muy bonita y las fachadas de esas casas alrededor de la plaza fueron rediseñadas.

Después de un día agotador, un rico almuerzo me esperaba en casa

    Dios bendiga a mi hijo Israel que muy paciente nos esperaba en casa con un rico almuerzo, apenas entramos nos bañamos y tomamos las medidas necesarias para proteger a nuestras familias y luego a comer. De verdad que todo estaba muy rico y esa ensalada me mató. Demasiado buena.

    Hasta aquí les escribo mi aventura del sábado, espero les gusten las fotografías que tomé con mucho cariño para ustedes que están en sus casitas.

    Aprovecho antes de irme para comentarles que ya este 25 de Julio está de aniversario de fundada nuestra hermosa ciudad de Caracas. Les digo hasta pronto amigos, y cuídense mucho, chao.

_{Imágenes tomadas con mi cámara celular Kronos-net}