En esta oportunidad evocaré los bellos recuerdos de lo que indudablemente constituye la etapa más bella que tenemos los seres humanos. Antes que nada, comenzaré mi relato señalando que somos tres hermanas, y que soy la menor de ellas, es decir la consentida de la casa, pero lo que no me gustaba de ser la chiquitica o la “gordona” como me decía mi papá; se refiere al hecho de que yo heredaba todo lo que ellas ya no usaban, o en el caso de la ropa la que no les quedaba. Sinceramente dentro de mi inocencia, muchas veces me sentí frustrada de no poder escoger la mayoría de la ropa o los juguetes como lo hacían ellas.

Aunque no todo era negativo según mi punto de vista en aquella época, ya que fue muchísimo mayor la parte positiva de mi infancia, que transcurrió en la década de los años 70. Cabe destacar que en lo que concierne al uso de la tecnología, esta se limitaba a la televisión y la radio, claro está, con poco o escaso acceso al uso de canales o emisoras de radio, pero esto no fue inconveniente para disfrutar esta etapa, ya que cuando mi hermana, la mediana, y yo estábamos en el patio de nuestra casa, de los vecinos o mientras realizábamos alguna visita, jugando loco escondido, loco paralizado, el avión , la semana, la rueda, a la pelota entre muchísimos más, las horas se nos hacían cortísimas, y deseábamos que nuestros padres no llegaran diciéndonos que nos teníamos que ir.

Por otro lado, que bellas eran las navidades, la inocente creencia de la existencia del niño Jesús, San Nicolás y los tres Reyes Magos, y aquella emoción indescriptible de recibir los regalos en Nochebuena, Nuevo Año o el día de Reyes. Y qué decir de los regalos, mis favoritos eran las muñecas con sus accesorios que incluían vestidos, zapatos, sombreros entre otros. Con ellas jugaba horas enteras en la hermosa casa de muñecas que heredé de mis hermanas, y que decir cuando el regalo se trataba de una bicicleta, todavía recuerdo los raspones que me hice tratando de aprender a manejarla.

De forma similar, nuestros padres se esmeraban en llevarnos de paseo, y aunque los sitios de entretenimiento eran limitados, en comparación a la actualidad, se las arreglaban para que esas salidas fueran inolvidables, nuestros sitios favoritos eran el parque de Los Pinos, el parque de la Federación en sus primeros comienzos, los domingos en la plaza Bolívar disfrutando de la retreta, los paseos al paramo, a los ríos, los carruseles de las ferias…

Mil gracias a @naka05 por organizar este maravilloso concurso.

Invito a participar a @ariannyrojas, @heribertor y a @josehriveroa a participar en este maravilloso concurso, acá el link del concurso.