Una historia para reflexionar: La desobediencia de la abeja Katy.

Katy realmente amaba la libertad y la vida. Todos los días, con los primeros rayos del sol, extendía sus alas y volaba de flor en flor. La madre de Katy a menudo la regañaba por su desobediencia.

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¡Estás volando muy lejos de casa! Puede oscurecer y no tendrá tiempo de regresar.

¡Si no vuelo lejos, no podré hablar con las flores y escuchar todo tipo de cosas y luego preparar dulce miel aromática!

Pero, insistió la madre de Katy,
-¡Todas las flores son iguales!
-¡No! Cada flor es diferente por su olor y sabor, ¡y quiero explorarlas todas!

Una vez Katy decidió volar a un bosque y pronto estaba oscuro. Allí encontró un arbusto con hermosas flores de color lila, que nunca había visto y se sentó en él, pero notó que las flores no olían a nada y estaban hechas de plástico.

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Cuando Katy quiso volar, se dio cuenta de que estaba atrapada. Su pie está enredado en una red. Katy pidió ayuda, pero nadie la escuchó. Por primera vez estaba asustada, pero seguía intentando salir. De repente, escuchó la voz de alguien y se alegró de que la rescataran pronto.

-¡Qué hermosa abeja! - dijo el Bee-eater.
El comedor de abejas se acercó. ¡Déjame ir! Katy suplicó.

"¿Por qué crees que te dejé ir?" Durante varios días he estado buscando atrapar una hermosa abeja como tú. ¡Ahora estarás conmigo para siempre!

La pequeña abeja Katy lloró y lloró, muy triste pensando en todos los consejos que su madre le dijo y ahora porque era desobediente, estaba pagando las consecuencias.

El abejorro comenzó a retorcer sus redes aún más para que Katy no la soltara. La historia de la mariposa feliz se convirtió en una muy triste.

Pero entonces nuestra abeja se dio cuenta de que su madre tenía razón: ahora tendría que luchar más por su libertad. Katy comenzó a batir sus alas de lado a lado.

El abejorro solo se rió de sus patéticos intentos. Pero Katy aflojó las redes cada vez más y la sacudió con más fuerza, tratando de liberarse; pero el abejorro lo agarró por el pico, ella comenzó a sacudir las piernas y todo el cuerpo tanto que pudo liberarse y volar.

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Katy, con todas sus fuerzas, la abeja voló a su casa, y en su prado casero se echó a llorar y todavía estaba temblando de miedo.
Cuando las otras abejas lo vieron, dijeron: -¡Te lo dijimos, no puedes volar muy lejos! - Dijo su amiga con voz.

Katy, muy triste, buscó a su madre para pedirle perdón; pero su madre había venido a buscarla.
-¿Donde esta mi madre?

Todos se vieron las caras.
"¡Ella te buscó en el bosque!" Dijo su hermana.

Katy lloró y lloró, han pasado muchos años e incluso Katy llora. Por no obedecer a su madre, él no está con ella.