Me encantaría imaginar que el cielo de los perros existe, poder pensar que hay un hermoso lugar donde los perros juegas y ya no sufren ni sienten dolor. No sé, si esto puede ser posible, pero soñar puede resultar convertirse en sensación de tranquilidad, para los que amamos a nuestros perros.

El amor duele

Esta afirmación, "El amor duele", resulta impensable que un sentimiento tan hermoso como es el amor, pueda causar tanto dolor cuando sentimos que ese ser amado se puede morir. Nuestras mascotas son seres hermosos que llegan a nuestras vidas a llenarlas de Luz, son ángeles que vienen a la tierra a traer felicidad y buena energía a quienes los cuidaban y los quieren. Por ello, cuando nuestro amor de 4 patas se enferma, la sensación de impotencia es tan grande que duele, al ver sufrir de dolor a nuestra pequeña mascota.

Una Historia triste

Mi mascota empezó desde hace algún tiempo a mostrar signos de debilidad en sus patas traseras y una fiebre muy intensa, lo que le ocasionó vómitos y mucho malestar general. También tenía un dolor en la parte inferior de su estómago que no la dejaba comer, porque todo lo que comía o tomaba, luego a los minutos los vomitaba. Todos estos síntomas provocaron que Luna convulsionara en varias ocasiones, y para los que tienen animales y los aman, sabrán que es muy doloroso ver este cuadro de dolor y angustia. Gracias a Dios que yo pude mantener la calma y ayudarla a respirar nuevamente, pienso que Luna regresó a la vida 4 veces.

Cuando un animal convulsiona, tiende a estirar el cuerpo, ponerlo tenso, temblar y apretar el hocico con gran fuerza, lo que puede evitar la entrada de aire y provocar una asfixia. Mi intuición era, de abrir su hocico con cuidado para dejar entrar aire, debo decirles que se requiere de mucha fuerza, pero también de calma para no abusar y provocar un mal mayor.

Comparto también que, recibí algunas mordidas en los dedos, pero, no eran intensional, sino que fueron un acto reflejo de la propia convulsión. Luego de poder abrir su hocico y sacar su lengua, Luna lograba respirar y regresaba a la vida para quedarse profundamente dormida.

Pero ningún esfuerzo fue suficiente.

Luna está en el cielo

Tuvimos que despedir a Luna, fue un momento muy difícil, pero más aún cuando no sabes ni tienes cabeza para pensar donde depositar su cuerpo, por ello, decidí dejarla en mi jardín y que ella fuera el abono para unas lindas flores que en su nombre llamaré Luna.

• Historia original // Original story
• Fotos: Propias

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