La vida es un vector que va de la hipótesis del feto al vacío del sarcófago.
M. Altolaguirre.
Nuestra vida transcurre en una absurda plétora de fantasías e imaginaciones. No ahondado a eso la realidad termina siendo tan confusa que es fácil divagar entre alaridos y susurros mentales que al final solo tienen la importancia de un rumor.