Eran unos días muy duros, mis ocupaciones habituales habían cambiado, los días se me iban en buscar alimentos, todo tenía que ver con colas y especulación y una gran incertidumbre me dominaba. El dinero no me alcanzaba para nada y deseaba hacer algo aprovechando que tenía internet. Había escuchado que algunas personas trabajaban por esta vía. Conseguí una página donde había que dar click y resolver capchas. Comencé pero me sentía bastante estúpida haciendo ese papel repetitivo y sin sentido.

Entonces busqué en Google, no recuerdo exactamente las palabras precisas que usé, pero sé que tenían que ver con “blog”, “escritura”, “lectura”, “ganar dinero”, entre otras; después de algunos minutos de búsqueda encontré una publicación de una venezolana que agradecía a Steemit porque se había comprado unos zapatos y comida gracias a esta plataforma. No recuerdo quien fue la usuaria, no guardé sus datos, sino que me fui directamente a buscar más información de esta red.

Leí mucho esa noche y conseguí otros post en distintos idiomas, algunos con poesías, otros con sitios geográficos, y muchos con recetas de cocina. Estaba fascinada, que la gente escribiera y pudiera obtener beneficios con ello era un hallazgo extraordinario, era justamente lo que deseaba. Esa misma noche me creé mi cuenta, ya había leído que se tardaría un poco la contraseña. Todos los días revisaba el correo hasta que me llegó el código para entrar. Ya para entonces había leído otros post y tutoriales, donde lo más que recomendaban era cuidar mucho la contraseña, eso fue lo primero que hice.

El día que entré a Steemit, un 27 de noviembre del 2017, comencé a escribir de una vez, no sabía nada de códigos ni de normas, aprendí a través del ensayo y error. Leía muchísimo y cualquier puntaje que obtenía me parecía algo valioso. Comencé a informar a mis hijos acerca de lo que estaba haciendo, ellos se mantenían con expectativas y algún tipo de suspicacia; al poco tiempo todos en casa no hablaban de otra cosa. Steemit se convirtió en un integrante más de la familia.

Mis días se iban en buscar un tema de qué escribir o cómo hacer un concurso; la preocupación que tenía por la vida diaria bajó, ahora mi mente estaba en otra cosa. Debo a Steemit el afianzamiento de mi equilibrio emocional, la obtención de nuevos amigos, el conocimiento de cómo escriben, sienten y viven personas de otras culturas, la fluidez en la redacción y escritura y tantas cosas más que vuelven intangible lo alcanzado, pero también la obtención de dinero para solventar problemas económicos y ayudar a los míos.

Cada vez somos más quienes se sienten agradecidos por esta red, y que conocieron la misma gracias a que un día, preocupada por la economía me puse a buscar en Google y tuve esta maravillosa suerte. ¡Gracias, Steemit!

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Esta es mi participación en el concurso al cual nos convoca @anasuleidy aquí.

Invito a: @ydelitza, @panchocroquer y @javima a contarnos su experiencia.

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Mi contenido es original
Imagen principal propuesta en el reto
Segunda imagen elaborada con canva.com

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@charjaim