¡2.020 bajo cuatro acuerdos! | Contenido Original

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Definitivamente cada año que estamos sobre el planeta se nos muestra como una ocasión para crecer a nivel personal, profesional o espiritual, y este 2020 será sumamente especial ¡Si trabajamos en ello! Desde el proyecto de Contenido Original de @cervantes le damos la bienvenida a esta nueva oportunidad de trabajar aún más en la consolidación de la comunidad hispana, en nuestra plataforma y fuera de ella.

Desde que el hombre comenzó su proceso evolutivo, no sólo orgánico, sino el más impactante –la evolución cultural- ha entendido que no puede hacerlo de manera individual, sino como población ¡En conjunto! Pues de otra forma, podría ser agotador, ignorado y para muchos imposible. Este es un llamado que, desde tiempos remotos se nos viene haciendo “Trabajar juntos, con objetivos definidos hace la faena más enriquecedora, agradable y ligera”.

Aprovechemos entonces esta nueva vuelta al sol que esta semana inició la Tierra para fortalecernos en comunidad, y para ello hemos considerado oportuno establecer cuatro acuerdos, basados en la obra de Miguel Ruiz, un escritor y orador nacido en México que, fundamentado en la sabiduría tolteca, nos explica en sencillos tips una nueva manera de tener empatía, una mejor comunicación, gestionar las emociones, dominar los impulsos y trabajar, e incluso aquellos aspectos relacionados con el crecimiento laboral y creativo.

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Esta exitosa obra fue publicada en el año de 1997, y hasta el presente ha vendido más de 4 millones de ejemplares. ¡Seguramente ya quieres saber cuáles son esos acuerdos! Y aquí te los contamos todo.

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Somos la única especie que puede hablar en el código que nosotros mismos hemos establecido. De allí que, tus palabras, muestran mucho de tu personalidad, planes, sueños, ideales y hasta frustraciones. La palabra es magia, solo si las enlazamos de la manera adecuada y con las emociones o sentimientos equilibrados. Al emitir nuestros discursos, podemos llevar a una persona al cielo o al infierno incluso, razón que nos invita a ¡Detenernos a pensar lo que vamos a decir o escribir!

Y es que la impecabilidad tiene que ver en no ejecutar acciones que no ¡Atenten contra ti mismo! Dirigir la palabra desde una conciencia constructiva y positiva te permite ser proactivo, responsable de tus compromisos y manejarte en un sitio armonioso. Al final de cuentas ¿Quién se siente a gusto en un lugar donde el lenguaje está cargado de desencuentros y desacuerdos? Tal como dicen por allí ¡En lo que piensas, te conviertes!

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Estar a gusto con nosotros mismos, en equilibrio con el ser y nuestras emociones, nos permite ser coherentes, herir menos, generar empatía y cuidar tus acciones o pensamientos.

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Muchas veces leemos o escuchamos un comentario e inmediatamente lo tomamos como un mensaje para nosotros, nos llenamos de preocupación, ira o cualquier otra emoción y podríamos estar invirtiendo definitivamente una energía de manera innecesaria. ¡Parece que somos el centro del mundo e incluso del universo! Y cualquier mensaje es para nosotros. Aprender a manejar nuestro ego, nos ahorraría muchas tormentas emocionales innecesarias, en la mayoría de las veces autoprovocadas.

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La sociedad nos ha llenado de juicios, y vivimos evaluando el comportamiento de los demás, dejando a un lado el que más nos interesa ¡El nuestro! La libertad implica equilibrar nuestra conciencia ante lo que sucede afuera, que incluso, en la mayoría de los casos ¡No podemos cambiar! De lo que si somos capaces es de elegir la posibilidad de ser felices, en vez de desbalancear nuestras emociones ¡Respeta las posturas e ideologías de los demás! Sin que esto afecte tus creencias y potencialidades.

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¿Cuántas veces hemos repetido la frase “yo supongo que”? seguramente ¡Demasiadas! Nos pasamos muchas veces la vida cavilando en lo que para nosotros piensan los demás y a veces ¡Nos equivocamos! Porque cada persona tiene un universo de historias, experiencias, juicios, valores que pueden ser muy diferentes a las vivenciadas por nosotros.

Estas posturas asumidas, parten de esa necesidad de seguridad propia de nuestra mente racional, y el problema se encuentra en que la mayoría de las veces, desde nuestra percepción, las asumimos como verdades absolutas. ¿Qué es entonces lo mejor en este caso? ¡Preguntar!

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Por alguna experiencia de vida, hemos asumido que hacer preguntas al otro sobre una situación traerá problemas, por ello, asumimos que la contraparte debe saber o interpretar de la nada, el cómo nos estamos sintiendo, también nos llena el orgullo de defender nuestras posturas y eso definitivamente puede complicar las cosas. En vista de ello ¡Luchemos por no suponer!

Si se nos dio el arte de hablar y expresarnos ¡Pues vamos a usarlo de la manera adecuada! Con tolerancia y la mejor intención de manejar alguna situación conflictiva de forma asertiva y responsable.

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Es este uno de los mejores pues ¿Quién no se siente en armonía con su ser cuando sabe que dio lo mejor de sí para resolver una situación? ¡La mayoría! Lo importante es sentirse bien.
Cuando damos lo mejor de nosotros -ni más de lo que se necesita, ni menos de lo que amerita- independientemente de cual sea el resultado, nos permite ser analíticos sobre nuestras potencialidades, productivos, proactivos y feliz.

Si das de más ante una situación y te frustras por no sentirte valorado ¡No lo estamos haciendo bien! El valor te lo das tú y sin esperar recompensa. De esta manera, hacer nuestro mejor esfuerzo nos reivindica desde el ser, nos muestra nuestras maneras de actuar, nos permite vivir un proceso divertido, ser honestos con nosotros mismos y disfrutar de nuestra existencia.

¡Todo esto nos grita que no necesitamos aprobación si sabemos que vamos y lo estamos haciendo bien!

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Ya vistos estos grandes planteamientos realizados por Ruiz, vale la pena evaluar lo que estamos haciendo con nosotros y como se refleja en nuestra comunidad, al final de cuentas, cuando somos impecables en nuestras palabras, no nos tomamos situaciones para nosotros, dejamos de suponer y preguntamos para resolver situaciones y damos lo mejor de nosotros, estamos equilibrando nuestra existencia y sólo desde la armonía podremos contribuir a una relación asertiva con los demás.

Es un reto individual ponerlo en práctica ¡Solo cada uno de nosotros se conoce y sabe cuál es la mejor manera de conseguirlo! Si te gustó este artículo profundiza en la obra y permítete conocerte aún más.

 

Referencias

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Miguel Ruiz

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Escrito y gráficos por: @alexaivytorres

Editado por: @fermionico

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